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Críticas de Yamato_cat
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Críticas 24
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
Rôjin Z (Roujin Z)
Japón1991
6.4
911
Animación
8
1 de septiembre de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
NO solo los Simpsons predicen el futuro. Llegada a nuestro país gracias a Manga Video, esta cinta nos muestra una situación que nunca ha podido ser más veraz, sincera y humana.
Roujin-Z no es el clásico telefilm dramático-social de la hora del café ni pretende sacarle la lágrima fácil a nadie. Es una excelente mezcla de drama y comedia, con mucha acción y un ritmo trepidante a medida que arranca la trama. Otomo realiza una mordiente crítica a la sociedad, centrada en dos aspectos. Por un lado, la dejadez de las familias y el gobierno hacia la tercera edad, siendo los abuelos vistos como un estorbo, sin apreciar todo aquello que la cultura tradicional (en este caso, la nipona) veneraba en las personas mayores; por otro, la escalada tecnológica que, con el pretexto de facilitar la vida de sus ciudadanos mediante la tecnología y la robótica, no hace sino alejar a las personas, obligándolas cada vez más a necesitar de un medio tecnológico para comunicarse con otras personas o simplemente dejándolas a merced de máquinas. Dosificando y alternando los momentos dramáticos y cómicos, nos encontramos ante una película amable, que te hace reír y emocionarte, que no tiene grandes pretensiones artísticas, sino que busca la reflexión del espectador en aquellos temas en que hace hincapié. La animación no es espectacular, aunque se mantiene siempre a buen nivel, es un perfecto ejemplo de la animación habitual de la época. El diseño de personajes, aunque no está realizado por Otomo, sigue claramente su estilo. La banda sonora acompaña perfectamente a la película, con un interesante tema final cuando aparecen los títulos de crédito.
Aunque los puristas digan lo contrario, esta forma ya parte de las obras cyberpunk más elogiadas y no solo muestra "mechas" o criaturas gargantuescas, explosiones, disparos y sangre.
Su desenlace va sobre cómo el amor, aunque se muestre monstruoso y terrible, nos persigue y nos busca destruyendo todo si hace falta para llevarnos a donde queremos, a ese anciano al lugar donde desea ir y no donde otros le obliguen.
También acompaña el doblaje español, uno de los más entonados que nos ofreciera Mangafilms, con una acertada elección de voces para los principales personajes. En fin, una película que, a la vez que divierte, hace pensar. Un trabajo de Katsuhiro Otomo que, a pesar de sus muchos seguidores en nuestro país, desgraciadamente pasó con más pena que gloria en salas comerciales y ya pocos recuerdan. De hecho, solo recuerdo un cine donde se exhibió y solo durante un fin de semana. Una gran injusticia para este estupendo film que todos deberíamos ver al menos una vez.
Como anécdota, el guionista Otomo ideó el guión tras un viaje a la playa de Kamakura con su esposa.

Otomo nos muestra en el pasado, el futuro de la deshumanización.

Lo mejor: El mensaje tras los escasos y justos 80 minutos de película. El doblaje en castellano. El final.

Lo peor: Se hace corta, pero al menos impide que la trama se enrevese a la forma japonesa e introduzca relleno.
Yamato_cat
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6
1 de septiembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya el uruguayo Narciso Ibañez Serrador nos mostraba en "¿Quién puede matar a un niño?" las singularidades de una historia tensa, recalcitrante y muy cruda. Aquí parece que James Watkins (guionista y director) ha querido repetir la fórmula magistral de una trama de suspense/terror que mantiene pegado al asiento desde que se desencadenan los acontecimientos más violentos.
Pero ojocuidao, no mantiene en vilo porque la historia sea lo más original más de cien mil veces vista en otros trabajos, sino porque estás contando los minutos y segundos hasta ver como todos y cada uno de los niñatos son aniquilados con la muerte más cruel inimaginable.

“Eden Lake” sale victoriosa en aquel apartado que, una película de sus características, reclama con más fuerza: la creación de una atmósfera inquietante, tensa y realista. Un roce aparentemente sin importancia, pero que sabe transmitir la inquietud de que "algo terrible va a suceder" se ven aumentados en progresión geométrica a medida que avanza la trama, hasta convertirse en una vorágine de violencia descontrolada y crueldad sin límite.

Pero lo realmente destacable de “Eden Lake” es que no se limita a sacudir conciencias a través de una espiral de situaciones que transmiten una intensidad y sadismo difíciles de soportar (algo a lo que sí se ciñe últimamente en algunas obras del cine de terror francés). Watkins se permite el lujo de introducir, sin demasiadas sutilezas, un cierto discurso social muy en boga en los tiempos que corren: el de una sociedad cada vez más entregada a la agresión y la violencia injustificada como único medio de expresión ante situaciones que perturban el estatus logrado por cada individuo.

Así, los jóvenes acosadores de “Eden Lake”, amparados en la fuerza y la confianza que les aporta la manada, responden de manera hostil a la injerencia de un adulto –que les llama la atención por tener la música demasiado alta-, al que ven como una amenaza a su propia libertad y manera de entender la vida. El problema no es tanto que puedan tener una naturaleza agresiva (en realidad, el único que sí demuestra ser un auténtico psicópata es el cabecilla del grupo), sino el hecho de no encontrar otros mecanismos de defensa y expresión que no sean la barbarie y la violencia.

¿Y qué ocurre cuando comprobamos, estupefactos, que esa actitud hostil y agresiva tiene sus raíces en algunos de los pilares básicos de nuestra sociedad, como son la educación y la familia? La respuesta de Eden Lake no puede ser más pesimista. La violencia engendra violencia. Y ante una sociedad predispuesta a la respuesta agresiva e intimidatoria, el futuro resulta muy incierto. Y si no, que se lo pregunten a la protagonista de la película.

Resumiendo: resulta dificil de creer que Michael Fuckbender no se cargara a todos los niñatos desde el minuto 1:00, porque todos sabemos que calza pollón y por eso es Michael Fuckbender. Al comenzar las primeras increpancias, se habría desenfundado el paquetón y se los habría fulminado en un pispás.

Lo mejor: La tensión generada en una historia de menos de dos horas. El clima creado durante toda la historia. La moraleja final.

Lo peor: La moraleja final (triste pero cierta).
Yamato_cat
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8
1 de septiembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambientada en una novela de Stanislaw Lem (El congreso de futurología), la película está dividida en imagen real y animación tradicional. La fusión es idónea para conseguir representar las dos realidades entre las que se mueve la historia.
El israelí Ari Folman llamó la atención en 2008 con esa combinación entre documental, animación, denuncia política y ensayo autobiográfico que fue Vals con Bashir. No es la primera cinta que utiliza técnicas realidad/animación ni espero que sea la última, pues el contraste es algo que siempre llama la atención.
Su director ha creado una cinta muy directa que difiere con la fina alegoría que Stanislaw Lem creó, inmerso en plena represión comunista. Los numerosos frentes y críticas que trata son abiertas, sin concesiones. Su pesimista mirada hacia un futuro que no parece muy lejano, puede recordarnos al universo de The Matrix.
Las dos horas de The Congress arrancan con la extraordinaria Robin Wright (haciendo de sí misma) llorando mientras es maltratada verbalmente por su agente Al (Harvey Keitel). En los minutos siguientes descubriremos que tiene una hija adolescente y un varón que va perdiendo de forma progresiva la vista y la audición a causa de un extraño síndrome (un médico que interpreta Paul Giamatti habla también de una particular capacidad que lo convierte en algo así como un pionero, un anticipado a su tiempo).
Robin Wright es una ex estrella en caída libre, que ha llegado a los 44 años de fracaso en fracaso comercial. Alguna vez la figura indiscutida de su estudio, ahora ya nadie quiere contratarla. El mandamás de la compañía (un Danny Huston en plan Harvey Weinsten) le ofrece el último contrato de su vida, que consiste en “escanearla” para convertirla en una actriz digital y cumplir con la idea del “forever young”. En caso de no aceptar (y ella no está muy convencida de firmar), será “borrada para siempre”.
Al rato, Robin Wright muta hacia lo que allí mismo se denomina “la zona de animación” con una propuesta lisérgica, alucinatoria, un viaje en ácido que lo vincula con cierta estética a lo Hayao Miyazaki, el universo de The Wall y con Una mirada a la oscuridad (A Scanner Darkly), de Richard Linklater sobre novela de Philip K. Dick. Lo que sigue es un largo, caótico, pero siempre interesante pendular entre imágenes animadas y “normales”, con congresos futuristas, revoluciones, conflictos armados, experiencias químicas y viajes espirituales con algo de new-age.

Visualmente The congress utiliza la animación para mostrar todo ese maremágnum en el que se sumerge nuestra mente. Un universo caótico y barroco donde, como en nuestra mente, la muerte, el sexo, lo infantil y lo adulto están en constante danza y evolución. Así, contemplaremos mezclas de colores valientes y en algunos casos casi imposibles con personajes distorsionados en constante metamorfosis generando un espectáculo visual cercano a las ilustraciones underground americanas a lo Robert Crump o Daniel Clowes, pero también con mucha influencia de los humanoides asociados y del cartoon norteamericano de los 40 tipo Betty Boop: vamos, que visualmente es todo un viaje lisérgico.
Si bien la segunda mitad no es enteramente convincente (hay mucho de capricho en una propuesta que se torna un poco a la deriva y agotadora), la película nunca deja de fascinar en su ambicioso y bello entramado visual y en sus múltiples ideas narrativas.

Una de esas películas malditas que no gozó de la repercusión que se esperaba pero arriesgada al fín y al cabo que pretende reivindicar un puesto más que merecido en la ciencia ficción new age.

Lo Mejor: Robin Wright, Harvey Keitel, Paul Giamatti. Bellísimos todos y cada uno de ellos. La crítica al mundillo de Hollywood y del como exprime las almas de sus prodigios. Las reflexiones entre la soledad, narcisismo y vida y muerte (supongo).

Lo peor: Quizá los más puristas observen como va perdiendo fuelle poco a poco en cuanto a sensibilidad de la trama.
Yamato_cat
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5
22 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante todo, dejar muy claro que NO he leído la novela y por lo tanto no puedo matizar en los cambios que se hayan realizado.
Por un lado tenemos un concepto bastante interesante que podría recordar a clásicos como "La fuga de Logan" y otros futuros distópicos en los que la humanidad está en relativa paz y armonía, pero tanto la novela y la película intentan subirse al carro de los best-sellers tipo "Los juegos del hambre" y "Crepúsculo".
Resulta atractivo el ideal de una partición de la sociedad en 5 arquetipos de conducta en la que todo parece justo y equitativo. La forma de presentarlo de forma resumida y concisa es bastante óptima y no deja lugar a la confusión ni duda. Todo mascado y digerido de forma breve para no llevarnos las manos a la cabeza.
Así, el relato se centra principalmente en narrarnos el adiestramiento de la protagonista en la facción a la que se ha unido, en este caso la de la Osadía. Aunque a este apartado le sobren algunos minutos y no sea precisamente original, he de reconocer que no se hace demasiado pesado en ningún momento. Además, la cinta se beneficia de un acabado técnico decente, tanto en el diseño de la urbe donde acontece la acción como en la representación de las pruebas mentales que ha de superar la protagonista. Buena parte de este mérito recae en el director Neil Burger, director de "El ilusionista". Pero por otro lado, no hay duda de que la actriz Shailene Woodley contribuye a que no nos creamos a su personaje, pues no transmite demasiado y la evolución que ésta experimenta. La labor de Theo James, Jai Courtney, Zoë Kravitz, Miles Teller y Ansel Elgort es simplemente correcta, existiendo además un buen plantel de secundarios (pero por desgracia, Kate Winslet tampoco está del todo aprovechada). "Divergente" mezcla amenidad y contenido con cierta pericia, pero le falla esa cierta "coherencia" dentro del género.
Lo que comienza a ser irritable dentro de la cinta es la clásica historia de amor acartonada que se ve venir a leguas con unos personajes autómatas. Lástima que Shailene Woodley no demuestre un rol más fuerte como ya demostró en el drama "Aquí y ahora", dejando su personaje en "Divergente" como una narradora más que como un personaje con garra.
Destacar lo odioso de la facción "Osadía": niños hormonados y aprendices de parkour a los que se les otorga el poder militar en una sociedad que, en teoría, funciona por lógica (¿?) y el poco interés o autoridad que demuestran el resto de grupos.
Dentro de un lo que un blockbuster que pretende llegar a ser esta cinta no está mal si lo comparamos con otras historias simples y planas, pero por desgracia se queda en un "quiero y no puedo" que pretende hacer caja en taquilla y seguir sacando secuelas cada año y, como no, dividir su capítulo final en dos partes.

Lo mejor: El concepto original de futuro alternativo.

Lo peor: Los personajes (tanto principales como secundarios) quedan un poco planos y transmiten muy poco, La falta de coherencia a medida que se desarrolla la historia.
Yamato_cat
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7
18 de julio de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jeunet lo vuelve a hacer una vez más. ¿Cómo? Con su fórmula marca de la casa. Es en una historia un trasfondo poco habitual, le sumas unos colores preciosistas típicos de un videoclip, unos personajes que parecen sacados de cuentos.... et voilá!
Siguiendo la cromática tan aplaudida de Amélie, Jeunet se aleja del mundo urbano para explotar la belleza de la naturaleza a través de ostentosos angulares, infografías y barroquismo tridimensional, ofreciendo así una historia protagonizada por una familia que parece vivir un estado inmutable de ensoñación. Compuesta por un padre anacrónico estancando en el viejo oeste, una madre (Elena Bonham Carter) cautivada por el inabarcable microcosmos de los insectos, una hermana prendada por la superficialidad de los concursos de belleza y un pequeño genio abnegado tras la traumática muerte de su hermano mayor. Las búsquedas inconclusas, los sueños inalcanzables y la resignación silenciosa son los mimbres en los que se sustentan una familia disfuncional que parece subsanar sus vacíos tras el viaje emprendido por T.S. para ser galardonado en Washington D.C. al haber creado una máquina de movimiento perpetuo. Durante este trayecto, se encuentra con personajes secundarios tan edificantes como enriquecedores para un subtexto que ayuda a comprender las verdaderas intenciones de Jeunet, que no es otra que la solapación de la imaginación como único motor inalterable en detrimento de la razón y de una ciencia caduca e incapaz de trascender más allá de un parpadeo en la historia. La frustante obsesión científica por dejar su huella a través de la creación no es más que un acto etéreo comparado con el inamovible poder de la mente que pone sobre la mesa Jeunet. Ahí es donde su colorista mundo, condicionado por los trucos expositivos y estéticos del 3D, sugiere una libertad lírica acorde con las intenciones de un filme que abraza lo insólito como algo palpable y emotivo. Los peros llegan cuando ese objetivo se reitera y sus trucajes quedan manidos confiando en que su ligereza no sobrepase la línea de la tonta y edulcorada película familiar.
Que nadie espere encontrar una historia de pañuelo y moco porque todo el que conoce o ha visto más de una película de Jeunet sabrá por donde van los tiros en lo que a esta cinta se refiere, donde parece mezclarse una "Amelie" con reminiscencias a "Little Miss Sunshine" edulcorada hasta la médula y con poco realismo.
Al menos la película posee ese carisma tan típico del francés y muestra mensaje en su final.
La sensibilidad con la que interactúa T.S. con el mundo (un mundo de cuento, claro) que presenta el director francés le permite escribir a éste un interesante discurso en el que cabe aquella paradoja sobre el ser humano y su persistente búsqueda de líneas rectas en una naturaleza sin fronteras. Como ocurre con la imaginación. Una constante presentada en distintas conversaciones y que es complementada con el rechazo a la acotación falseada de la realidad vertida en populares realities y talk shows amarillos que campan a sus anchas en el prime time estadounidense. Una televisión morbosa y catalizadora que muestra un mundo que no es y en el que los abrazos y las lágrimas son el reclamo dentro de su apuesta por la impostación.

Resumiendo, a los habituales del francés les parecerá un ejercicio visual exquisito en su ejecución y en su disfrute.
A los que no hayan visto nada de su anterior filmografía... bueno, juzgad por vosotros mismos.

Lo mejor: El universo de cuento de Jeunet. No defraudará a sus fans en cuanto a estética, personajes habituales (y otros muy nuevos) y los chascarrillos a los que nos tiene acostumbrados.

Lo peor: Peca de mostrar un "Viaje personal" muy poco creíble en el que casi todo es mecánico.
Yamato_cat
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