La roca es una película de acción que se atiene a lo que eran las convenciones del género allá por el año 1996, antes del cambio de enfoque que supuso el 11-S, con la instauración del Nuevo Orden Mundial. La cinta se deja ver sin hacer grandes alardes técnicos ni argumentales, pero incorpora matices intersantes para los que gusten del estudio de la simbología esotérica, los significados ocultos y las luchas de poder entre sociedades discretas y secretas.

La película se juega todo a la carta del atractivo personal y las buenas dotes como actriz de Scarlett Johansson y a la presencia, siempre imponente del gran Morgan Freeman. Hay muchos temas secundarios que resultan interesantes, como las consecuencias del uso de nuevas drogas sintéticas de gran poder y de las que a veces no sabemos nada hasta que se empiezan a usar. Abundan los tópicos y lugares comunes, como que los malos son orientales y el director recurre a insertar imágenes explicativas para conceptos como amenaza y seguridad, lo que hace que el espectador se sienta un poco menospreciado.