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España España · Madrid
Críticas de Charles
Críticas 1,065
Críticas ordenadas por utilidad
5
5 de diciembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que pocas veces ha habido una película tan condenadamente esquizofrénica como 'El Libro Secreto de Henry'.
La clase de película que cuando se le acaba el papel usa alfombrilla, calcetines y hasta cortinas, porque nada es suficiente para taponar su caudal dramático por el cual TODOS somos personas ROTAS buscando una luz en este CRUEL mundo, ORGHS.

Pero, en serio, la historia inicial no es mala en absoluto.
La idea de un niño despierto en un mundo de adultos, dispuesto a enfrentar las crueldades que estos toleran porque no puede evitar prestarles atención, y fracasando continuamente porque todos tienen la necesidad de recordarle que sólo tiene doce años, resulta novedosa.
Jaeden Lieberher se las apaña para esquivar la posible repelencia y evita convertir la cosa en un festival de ironías a costa de los "tontos" adultos, además de tener a Santa Naomi Watts guardándole el costado (en otra de esas interpretaciones salva-muebles marca de la casa).

Más bien la situación que se vive en casa de los Carpenter es la típica colaboración familiar, sólo que de forma inusual: la madre Susan juega a videojuegos después de partirse la espalda todo el día por el bienestar de Peter y Henry, y este último la libera del papeleo bancario para el que ella no guarda tanta habilidad como él.
Todo transcurre así, con Henry sacando adelante un entorno, una vida, para la que nadie le ha preparado y teniendo éxito gracias a su particular visión de todo ello.
Los únicos alivios son su hermano, siempre pendiente de recordarle la diversión de jugar, y su vecinita Christina, ante la que su madurez mental se esfuma vergonzosamente.

Pero hete aquí que 'El Libro Secreto de Henry' tiene la necesidad de ser Dramática e Importante, cuando era mucho más agradable siendo sencilla.
Y tiene la misma sutileza que un elefante en una cacharrería a la hora de lograr sus objetivos.
No es tanto la idea como la manera de lograrla: digamos que la recta final de la película es una pesadilla de locuras, salidas de tono y poesía forzadísima que echa por tierra dos primeros actos bastante decentes, hasta el punto de que no parecen pertenecer a una misma historia.
Como si de repente hubiera necesidad de que esta historia fuera algo "más", como si se hubieran quedado cortos en emocionarte.

Hay un verdadero problema en una gran cantidad de dramas recientes sobre esto.
No por presentar un hecho irrevocable y terrible se logra más sensación de urgencia y desamparo, de la misma manera que es mejor tratar un tema durísimo desde una perspectiva inocente a dejarlo como mera excusa narrativa para tener un villano al que "combatir".
A veces el desamparo puede venir de una niñez que no encaja en ningún lado, de una medalla que simboliza cómo nunca podrás alcanzar a tu hermano, o de la lenta y bonita revelación de que Henry es la mejor parte de todos los que alguna vez le han rodeado.
Con eso, la historia ya deja su huella, no necesita pasar Naomi Watts enloquecida para re-pisarla hasta que quede irreconocible.

¿Puede una película ser "demasiado dramática"?
No, pero sí puede ser demasiado gilipollas para darse cuenta de dónde florece lo que quiere transmitir.

De fichar a la bailarina de Sia para que no mueva un músculo facial hablamos otro día (eso sí, el baile cojonudo, faltaría más, por lo menos la chica no pone más esfuerzo del que se merece).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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2
23 de octubre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los géneros están construidos de determinada manera por algo.
Se pueden mezclar, se pueden romper y hasta se les puede dar la vuelta, pero inevitablemente van a transitar lugares comunes, que dependen de su presentación y contexto para dejar de serlo.
Para que nos entendamos, nadie haría una comedia romántica en la que nadie se enamore, y tampoco se filmaría una 'road movie' en la que nadie se fuera de viaje.

'El Muñeco de Nieve' juega, bastante incomprensiblemente, a ese mismo juego: se trata de un misterio que carece de pistas jugosas o motivación por responderlas, e igualmente impide cualquier tipo de interés en la investigación que lleva a cabo su protagonista, el detective Harry Hole.
Impresionantes estampas noruegas rodean una intriga que no le importa a nadie, que si concentrara más personas desconocidas en plano sería una fotografía y no una película, de tanta contemplación y poca implicación que consigue.
Algo huele a podrido cuando en un supuesto thriller de misterio todo es incapaz de darte alguna sorpresa, o apenas provocarte un escalofrío.

La cosa es que Tomas Alfredson, quién sabe si por propia iniciativa o siguiendo una hoja de ruta de productores, prescinde de los tópicos asociados a la intriga detectivesca: el protagonista se construye en detalles de auténtico capullo (retirar las sillas de su mesa para que no se siente nadie más) sin posibilidad de empatía, el asesino pasa tan desapercibido en sus actos que nos daría igual que no hubiera ninguno, y se le podría coger hoy o la semana que viene atendiendo a la poca urgencia que muestra nadie por su omnipresencia.
Alfredson, de alguna manera, ha querido construir un thriller que no es thriller, que tiene más de plano informe policial que trepidante caza a un depredador, y seguro que detrás de la apariencia hay una intención, pero si a un suspense le quitas todo lo que te haría prestar atención... ¿qué queda?
Pues interminables vueltas a la disoluta vida de Harry Hole, con un horrendo Fassbender más aburrido que nunca, y supuesta imaginería perturbadora de muñecos de nieve que no levantaría ni un vello de nuca.

Hay detalles interesantes, claro, porque el talento nunca se filtra completamente, y se apuntan interesantes y siniestras cuestiones, relativas al nulo sentimiento de culpabilidad de una Noruega que barre sus muertos bajo la alfombra cuando toca sacar pecho políticamente, y asimismo cada víctima revela vicios inconfesables propios de quien sabe que la nieve borrará las huellas de pecados menores.
Pero son apuntes que se quedan en nada, que se pierden enseguida en un mar de aburrimiento y encima entorpecen una narración a la que le sobran pistas, supuestos impactos y personajes que no aportan nada.

Sólo queda fantasear lo que podría haber sido esta novela negra si le hubiera interesado serlo, o sí hubiese dado más relieve al conflicto de un detective que no le importa ser un desecho humano, aunque todos a su alrededor igual de podridos estén y más lo hayan ocultado.
Pero no importa eso, seguro que una cabeza cortada sobre un muñeco de nieve con el consiguiente subidón de volumen es más interesante, pensó Alfredson.

Desventajas de hacerse el "hartista" de la sutileza con un material que pedía un chapuzón helado, justo a esa maltrecha conciencia de todos los que una maldad han callado.
Charles
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8
17 de agosto de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Complicado hablar de esta película sin poner boca arriba todas sus cartas.

Digamos que 'Time Lapse' se encierra en un solo escenario, pero tiene el suficiente tino como para que dicho escenario baraje infinitas posibilidades, todas a contrarreloj y con resultados inciertos, de los que dependen otras tantas posibilidades.
La entropía originada parece no tener fin y podrías correr el riesgo de perderte en sus curiosas ramificaciones, pero afortunadamente el trío protagonista evita que suceda porque bajan el concepto a lo mundano: Callie, Finn y Jasper son tres jóvenes con los habituales problemas de pareja, dinero y estudios, que sin embargo encuentran la oportunidad de solucionar todo eso, sin grandes sacrificios ni preocupantes consecuencias, tan solo tomándose una foto cada día.
Pero joder, quién habría dicho que tomarse una foto concreta cada día podría llegar a ser tan difícil.

Como en todos los buenos cuentos morales de ciencia ficción, esta historia juega con la posibilidad de conseguir lo bueno cuando se quiere y de la manera que se quiere.
Pero, donde habitualmente la ciencia ficción opta por castigar a sus Ícaros particulares con un sacrificio extremo de última hora o un castigo ejemplar permanente, aquí no hay nada de eso... solo un tributo que cobrar periódicamente, más allá del cual hay libertad absoluta para disfrutar.
La cosa es que puedes llegar a plantearte si cumples las normas para vivir o vives para cumplir las normas... y en esa grieta de duda habita la voluble naturaleza humana, tan pendiente de sus propios triunfos o fracasos, tan cegada por la posibilidad de cambiar lo inmutable, que hasta las metas más humildes acaban convirtiéndose en descontrolados monstruos imposibles de controlar.
O con tantas variables de control que escapan a nuestro ídem.

Jasper, Finn y Callie se toparon con la posibilidad de que hubiera una posibilidad.
Y nadie puede culparles de perseguirla, aunque la serpiente que corre tras su cola se acaba devorando a si misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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7
30 de abril de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasa una cosa con 'Los Héroes del Tiempo'.
Para ser una película que derrocha magia e imaginación... no tiene ningún reparo en contarte que eso mismo muchas veces es mierda ridícula y decepcionante.
Que alguien nos puso en este universo por reírse un poco, y podemos creernos especiales o afortunados, pero a la larga, probablemente cuando seamos adultos, acabaremos formando parte de esa misma capa de mierda intrascendente.

Kevin, el protagonista, por otro lado, todavía no es parte de ella.
Él sigue concentrándose en un libro frente al televisor, mantiene activa su inquieta curiosidad y el desorden de su habitación parece una defensa contra las rígidas normas que tiene que acatar fuera de ella.
Pero eso es porque Kevin "sufre" una condición extraordinaria: todavía es un niño, que se maravilla ante lo magnífico y presta atención a lo pequeño. Que sigue esperando a un caballero artúrico que cruce su habitación destrozando las puertas de su armario, que no se duerme sin esperar las cosas mágicas que puedan pasar en la medianoche.

'Los Héroes del Tiempo' supone una defensa sostenida de la capacidad de asombro infantil: nunca habrá una situación que a Kevin no le parezca extraordinaria, mientras somos capaces de apreciar cómo los adultos la vuelven ordinaria, algo que se transmite incluso a sus enanos compañeros de viaje.
Pero igualmente Kevin no se deja avasallar, él sí se quedaría escuchando a un cómico Napoleón Bonaparte obsesionado con su altura, o con un patético Robin Hood que domina el bosque de Sherwood con más estupidez que valentía. Ajeno a las intrigas del cosmos y los viajes en el tiempo, para él todo es hermoso y especial, mientras que los adultos de todas las estaturas solo piensan en el beneficio inmediato.
Asoma, sin embargo, una excepción en su viaje: el bondadoso Agamenón con el porte de Sean Connery, que le acoge en su séquito como un igual al que enseñar, casi la sombra de un buen padre que nunca ha conocido. Pero, incluso en la fantasía, el show debe continuar, por mucho que el recuerdo se pueda quedar.

El Señor de la Oscuridad tiende sus trampas en el camino del grupo para hacerse con el mapa temporal que tienen, y en sus maneras, más allá del soberano tenebroso que es, vemos el mismo patrón: otro adulto codicioso que desprecia las maravillas del universo, como si fueran algo que poseer y no que descubrir.
Al final va a ser ese el problema, que cuando crecemos nos tomamos la existencia tan en serio que nos creemos que se sale vivos de ella, y que en realidad no estamos en la fantástica chapuza de algún Ser Supremo al que todavía le faltan muchos arreglos que hacer al universo.

Claro que en el fondo no importa: la mente infantil no necesita que el universo tenga sentido, porque ya lo busca ella sola, haciendo y deshaciendo, mezclando e inventando, en un claro paralelismo con los juegos que desarrollamos en nuestros primeros años, y desgraciadamente abandonamos (demasiado) poco después.
La telebasura, el aburrimiento, la ignorancia, la muerte y el paso del tiempo... todos ellos son nuestro Señor Oscuro, y carecen de verdadero poder cuando lo pensamos bien.

Por suerte, la fantasía es como esta película: extraña, deliciosamente absurda y eterna.
Si la dejamos, aún podemos soñar conque un grupo de enanos vendrá a buscarnos a través de un portal.
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Charles
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5
28 de marzo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con 'The Loved Ones' Sean Byrne consiguió algo bastante curioso en el panorama de terror actual: una historia mínimamente potente e interesante, que no reinventaba nada, pero conseguía aprovechar todas las claves del subgénero de manera novedosa.
Si aquella iba por la rama de las venganzas con acoso adolescente de por medio, su nueva historia aspira a hacer algo parecido con las casas encantadas, saltando por encima de los tópicos, pero sin abandonarlos del todo con clara intención juguetona.

'The Devil's Candy', de esa manera, es la historia de una familia que se muda a una nueva casa donde se han cometido grotescos asesinatos, con el habitual padre que empieza a perder la cabeza, con la típica adolescente que empieza a no comprender a su padre, y con el típico pasado de su hogar que volverá para atormentarlos.
Sin embargo, quedan interesantes chispazos de talento, como esos planos encadenados que asemejan el trabajo de pintor al de un asesino en serie, o las inquietantes elipsis en blanco en las que el patriarca solo recuerda estar pintando febrilmente un fresco demoníaco.

La sorpresa es que el terror no solo procede de las acciones del Diablo mismo, sino también de actos tan cotidianos y sencillos como empezar a pintar imágenes con claro tinte siniestro, cuyos compradores te exigen comprometer el amor de una hija según les plazca.
Y se puede acabar concluyendo que las posesiones satánicas no son tan terribles como las materiales, que te exprimen aún a pesar de no ser tan repudiadas socialmente (siguiendo el hilo de ese omnipotente reportaje que nos informa de las diferentes versiones del Diablo en muchas latitudes y culturas).

Queda un agradecido terror en casa encantada, con unas pinceladas de metal y agradecida falta de pretensiones.
Porque ya demasiadas casas encantadas se complican la vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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