Cada vez cuesta más tomarse en serio el cine venido de la otra orilla del Atlántico.
Ahora que el lobby ha diseñado los premios para dárselos a sí mismo podríamos encontrarmos ante uno de los productos que podrían optar a unas cuantas estatuillas, ya que cumple más requisitos que la nominada a mejor película "Black Panther".

Nos encontramos ante una película que empieza con una adolescente muy empoderada que advierte y explica a su botarate (todos los hombres heterosexuales que salen en la película lo son) amigo los peligros que tiene la "predisposición a la violencia del hombre blanco hetero", literalmente. Una película que empieza con esa frase y que acaba con otra casi tan buena: "tener pelotas, apesta", acompañado de todo un alarde de fuerza feminista.

La película tiene un ritmo que apenas decae en un par de momentos. Es bastante ágil, su ritmo narrativo es ligero y se va facilmente sin caer en el tedio, su segundo mayor problema reside en que es excesivamente previsible. No es que sepas cómo va a acabar nada más empezar, es que ya sabes cómo va a transcurrir porque no falta ni un solo topicazo.

Las actuaciones son correctas por parte de los secundarios, pero los protagonistas tienen momentos de sobreactuación aunque en general llevan bien sus papeles. La trama, además de predecible como ya dije anteriormente, es bastante infantil, lo curioso es que hay algunos momentos de extrema violencia (incluso algún toque gore) que hace que el producto no sea aconsejable para menores. No es una película para adultos, pero tampoco para niños. El público objetivo son los adolescentes algo mayores o algún que otro veinteañero anclado en las series de Netflix.
La música es casi inexistente y el guion correcto sin más. Apenas hay un par de escenas de suspense y las primeras muertes son bastante espectaculares, parece que va a ser un slahser brutal, pero todo se queda en el principio y otra muerte salvaje más.
La idea de una adolescente atrapada en el cuerpo de un asesino en serie y viceversa podría haberse aprovechado mejor en el aspecto humorístico, pero no hubiese dado tiempo a desplegar toda la ideología, había otras prioridades.

Y no hay mucho más que comentar, producto vulgar en su forma y adoctrinante en su fondo como casi todo lo que viene de EEUU. Resulta extremadamente complicado poder ver una película o serie que no intente adoctrinar con sus forzadas cuotas raciales, empoderamientos feministas, lgtb y desprecio a los varones de raza blanca heterosexuales. Aquí no se cortan un pelo, no intentan disimular y el panfleto es bastante claro.

Ya se intentaron algunas películas de terror simulando un show nocturno televisivo, alguna incluso con cierto éxito como "Ghostwatch".

En este caso hay otros alicientes interesantes en el guion como utilizar al presentador como protagonista e ir narrando su vida en la introducción y a través de los diferentes eventos que van sucediendo en la película. También la existencia de un personaje escéptico que vaya ofreciendo explicaciones me ha parecido otra buena iniciativa.

La película es amena y ágil, puede llegar a interesar tanto lo que sucede "en directo" por la pantalla como lo que va sucediendo en los descansos, en este aspecto es todo un acierto de guion y montaje. Pero aquí se acaba todo. La atmósfera de terror que se intenta crear antes y durante la aparición de la niña y su "amigo" no acaba de funcionar, en mi opinión lastrada por las malas actuaciones de todos los secundarios que te van sacando de la película por su falta de credibilidad.

El clímax también falla, en este caso es una opinión muy personal, debido a que los fuegos de artificio tan exagerados y digitales no combinan bien con este tipo de terror.

En fin, ha sido una lástima, quizá las grandes expectativas puedan jugar una mala pasada, pero objetivamente hay películas mejores con peores notas.

Puedes desconocer el trabajo anterior y la procedencia de Sean Ellis. Puedes ver la banderita de EEUU al lado del título de la película... Pero en muy poco tiempo te darás cuenta que todo lo impregna el filme corresponde a la pérfida Albión y no solo porque esté ambientado en la Inglaterra victoriana, casi todos los planos destilan cine inglés sinónimo de más o menos calidad (generalmente por encima de la media), pero mucho protocolo y elegancia a la hora de narrar.

La película es otra interesante visión de las leyendas de los licántropos que merece la pena descubrir. No solo por cómo se inicia que también por cómo se desarrolla. Tiene ciertos detalles bastante mejorables e innecesarias que, personalmente, no entiendo porque cambia unas cuantas características del mito. Supongo que será un intento de ser original.

También se echa de menos otro tópico de este tipo de películas que es la propia transformación con ciertos lujos de detalles, algo que siempre me ha parecido el punto fuerte y álgido de estos filmes. A estas alturas parece mentira que todavía no se hayan superado a clásicos del subgénero como "Aullidos", "Un hombre lobo americano en Londres" o "En compañía de lobos". Ya que nombro éstas de forma velada como recomendaciones no puedo dejar de lado una gran película como "Dog soldiers".

No hay mucho más que decir. La dirección es muy sobria, casi todas las escenas de la primera media hora están muy bien hechas, luego decae un poco, pero hay unas cuantas escenas con una fotografía estupenda. Las actuaciones más que correctas, el guion tiene alguno que otra incoherencia y el cgi para mí es mejorable, la mejor forma de mejorarlo es eliminarlo y maquillar, pero eso es una quimera.

Es una lástima que en una época en donde las buenas ideas escasean éstas no puedan llevarse a cabo de la mejor forma posible, ya sea por falta de presupuesto, por falta de talento o por otros factores.

Partimos de una trama más propia del thriller policíaco que del terror en la que personajes del gobierno argentino (empezando por su presidente) podrían estar supuestamente relacionados con una secta satánica y la brujería.

Quién irá desvelando los entresijos de esta conspiración es un programa de televisión de investigación al que nada más le queda un programa para ser cancelado debido a presiones institucionales. Estamos en la Argentina de los años 80, en la Argentina de la televisión en blanco y negro, como la fotografía y el juego con el aspect ratio (bien escogidos) nos quiere hacer partícipes.

La película empieza y avanza con cierta intriga, mostrando poco a poco lo que está ocurriendo, intentando ofrecer detalles que nos vayan sumergiendo en la historia. Nos muestra tanto lo que ocurre durante la retransmisión del último programa como lo que sucede con el grupo que se encarga de la investigación, escondido por miedo a represalias (tanto naturales como sobrenaturales).

El guion no es demasiado sutil y de vez en cuando avanza a trompicones, amén de tener un par de escenas demasiado crípticas. Quizá no sea el tipo de película que deba recurrir a esto. Las actuaciones, en general, dejan demasiado que desear y le restan calidad al producto sacándote de la inmersión en bastantes momentos. En mi opinión faltan elementos de terror o más referencias (visuales) a lo que se está investigando. Aún así se ve con cierto interés gracias a la potencia de la trama.

Parece obvio que el presupuesto fue muy ajustado. Será interesante ver de qué es capaz este director con uno mayor.

No tiene mucha historia. El argumento es la sinopsis y no hay más, el guion son varias frases vacías y cuatro diálogos de besugos. Los actores, en general, incluso para los estándares de sobreactuación oriental, son bastante malos. Algunas escenas, como la del presidente y el general hablándole a la nación, dan vergüenza ajena, pero...

Pero todo esto da igual, sería demasiado bueno para ser verdad si alguna de las anteriores afirmaciones no fuese cierta. Si hubiese un par de escenas creíbles de gestión del virus por parte del gobierno o si el guion hubiese estado más trabajado. El ritmo frenético, la inmensa cantidad de litros de "sangre" utilizada y salvajadas varias harán disfrutar de lo lindo a cualquier aficionado al gore, incluso a los más exigentes. Las escenas sangrientas están muy bien hechas y parece bastante artesanal todo, lo que le da un plus, en mi opinión, de verosimilitud. La única pega que le pongo a esta orgía de sangre y vísceras es que quizá va un poco de más a menos, pero tiene momentos realmente cañeros que harán las delicias de los mayores fans de este subgénero.