La primera parte me parece una descripción muy buena de la triste, de la melancolía del amor perdido. Cada vez que Barbara Lennie habla a cámara nos da la sensación de que llevamos viviendo con ella muchos años y que no está dejando. Entonces nos ponemos tristes y Jonás Trueba nos coge del cuello y nos introduce en la historia. Este es el acierto.

El problema viene hacia la mitad de la película, cuando le da por ponerse pedante, citando a escritores y convirtiendo al protagonista en un poeta maldito.

Mal, Jonás, nos arrojas de la historia, ya no sentimos empatía por ese pedante que se tira a la hermano de un amigo.

Acaba la película con una confesión del protagonista y mi más pura indiferencia.

1.- Es mala. Si el debate es si es más "furia de titanes" o más "300", decir que es mejor que la primera y peor que la segunda. Pero ni de lejos es una buena película. La lastra un guión lento, poco claro y con demasiadas frases tipo metidas con calzador.

2.- Si te gusta la mitología griega y has leído algo sobre ella MAL. El disfrute de esta película es inversamente proporcional al conocmiento que tengas de este mundo. La titanomaquia es aqui interpretada de una manera simple.

3.- Freida Pinto parece que está buena, pero no.

4.- El diseño de vestuario de los dioses lo hizo Boris Izaguirre pero no aparece acreditado.

5.- Y siguiendo con los dioses, solo identifico a Zeus, Atenea y Poseidón, pero porque dicen sus nombres. Del resto ni idea.

6- En el minuto 68:34 Teseo tiene un descuido y se le ven las braguitas.

7.- Mickey Rourke hace de Mickey Rourke.

8.- Zeus no usa ni un triste rayo y Atenea está buena.

9.- Hay griegos negros, supongo que son los primeros inmigrantes legales.

10.- Si quieres ver una buena película sobre la mitología griega, juégate cualquier god of war.

Mi crítica de esta película la voy a resumir en una pregunta: ¿Pero esta no era una película de terror? Porque yo más bien me he partido el culo de risa.

El momento de la cabra llamando zorra a la protagonista es impagable.

Da lo que promete, con esta sencilla frase se puede resumir la sensación que tengo al salir de ver esta tercera parte de las aventuras de Dany Ocean. No se aparca ni un ápice de la estela de las dos anteriores, siendo un poco mejor que la segunda parte (demasiado lío en un guión que se resuelve de manera tonta). Así que se trata de lo de siempre: un robo a priori imposible que se lleva con la mitad de ingenio y la otra mitad de tecnología. El buen rollo de los actores se vuelve a plasmar, aunque si he de reseñar que el sentido del humor está un poco dejado, pudiendo ser más explotado.
¿Pegas? pues tal vez lo desaprovechados que están Andy García y Vincent Cassel. ¿Aciertos? pues está claro: don Al Pacino.
Entretiene y sales del cine con una media sonrisa, pensando que tal vez queden ladrones buenos. Esta película no es nada más ni nada menos.

Partamos de que la ambientación es la mejor de toda la saga, la oscuridad se va presintiendo cada vez más hasta que se convierte prácticamente en un personaje más. Y hasta Daniel Radcliffe me convence por primera vez. Así la película va discurriendo bien, con buen ritmo, omitiendo algunos detalles importantes del libro pero contando una buena historia...hasta que llega el final. Y es ahí donde se plantea la dicotomía para los guionistas: ¿Lo hacemos bien o lo hacemos mal? Hacerlo bien es fácil y hacerlo mal es difícil. Y claro, se complican la vida. Lo que podría ser una de las escenas más memorables de toda la saga, además de las más espectaculares (quien haya leído el libro lo sabrá y quien no, que por favor se lo lea) se convierte en una escena simple y sin emoción. Ni siquiera Alan Rickman, el mejor Snape pensable, está a la altura.

Esperemos que para las dos siguientes partes, los guionistas elijan el camino fácil. Y también espero que la historia del príncipe sea contada por todo lo alto. Ese personaje, el más importante de toda la saga, se lo merece.