Conocedor de la obra del cineasta PAUL VERHOEVEN en sus etapas neerlandesa y americana, esta cinta no cumple con todos los requisitos básicos que identifican una obra con su autor.
Si títulos como ROBOCOP o INSTINTO BÁSICO eran de encargo, para la gran industria, pero conservaban intactas las constantes de su realizador, este HOMBRE SIN SOMBRA no es una fiel radiografía de su cine, y veremos la razón.
En su etapa primera, Verhoeven inducía a reflexionar sobre los instintos más primarios del individuo, a saber: violencia, sexo, muerte, agresividad, brutalidad, grosería, egoísmo...
Estas cualidades se confirmaron sin fisuras en sus filmes de más éxito en Hollywood, donde la realidad no se tapaba con adulcoradas imágenes, simplemente se exponía tal y como su polémico autor la concebía.
En todo su cine se elabora un discurso de mordacidad que jamás sucumbió a la vacuidad del cine más comercial, sino que se hizo acrecentar gracias al efectismo, procurando así lograr un espectáculo de grandes proporciones. Es decir, una marcada visión del mundo envuelta por la más alta sofisticación que la técnica ofrecía, para así conseguir obras entretenidas, de factura impecable y transgresoras.
En este caso que nos ocupa, parece que VERHOEVEN mostraba ya signos de cansancio y descontento con la lineal y capitalista industria americana. No en vano, ha vuelto recientemente a Europa.
EL HOMBRE SIN SOMBRA es un título que sostiene bastantes ideas del holandés (la incivilización del ser humano, el afán de superioridad, la lujuria y la incorrección moral) pero, sin embargo, se rinde, sobre todo hacia la mitad del metraje, al menos interesante desfile de efectos y otras frivolidades del cine de acción.
Cumple bien su labor en ambientación y los efectos son majestuosos, aún apabullantes. No obstante, no se corresponde del todo con ese cine que VERHOEVEN hacía hasta entonces (y que vuelve a hacer): un cine que nunca se convierte en mero artificio, siempre tenso, polémico y catártico.
Lástima que esa premisa del hombre "sin escrupulos" que ya apuntaba Platón se torne mecánica, insustancial e infravalorada en esta peli.