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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Drama Inglaterra, siglo XVI. La reina Isabel I Tudor (Cate Blanchett) debe enfrentarse no sólo a la traición de su propia familia, sino también a los conspiradores que tratan de arrebatarle el trono. Isabel es consciente de lo beneficioso que es para la Corona inglesa el hecho de que el Rey de Inglaterra sea, al mismo tiempo, el jefe supremo de la Iglesia Anglicana. El Acta de Supremacía de 1534, promulgada por su padre, Enrique VIII, había ... [+]
17 de julio de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Shekhar Kapur y los responsables del díptico sobre Elizabeth nunca han dicho que tratasen de hacer unas películas históricas sobre el reinado de la recordada monarca. Siempre han perseguido un retrato personal (y probablemente subjetivo) sobre Elizabeth para espectadores del siglo XXI que pudieran identificarse con sus demonios interiores. Teniendo en cuenta este dato, atacar el supuesto rigor histórico de esta cinta es como tratar de hablar con las piedras, pero cada cual es libre de hacerlo...
El periodo oscuro del reinado de Elizabeth ha pasado, lo que cinematográficamente significa que el departamento de localizaciones y de vestuario tiene más trabajo que lucir. Y luce. Lo mejor de Elizabeth desde el punto de vista técnico es sin lugar a dudas la suntuosidad y grandiosidad de las localizaciones y vestuarios de la Reina, en lo cuales resulta que si se respeta el rigor histórico. Son sencillamente espectaculares y de lo más memorable de la película. Pero también su talón de Aquiles, ya que la película parece a veces centrada en eso, como si su función fuese la de ser un catálogo de modas y viviendas del siglo XVI, y como esos asépticos catálogos, la película carece de enjundia, de alma.
Pero sin tratar de buscar una trascendencia que no tiene, Elizabeth. La edad de oro, si divierte como culebrón de alta alcurnia y como película de aventuras. El ritmo no decae en ningún momento, es más va in crescendo, y tanto la majestuosidad de decorados y edificios como la muy bien resuelta batalla de La Armada Invencible es realmente espectacular.
En cuanto a la elección del reparto todos los actores se enfrentan con valentía a sus personajes, pero los secundarios aparecen definidos o bien con trazo grueso o bien con leves y casi invisibles pinceladas. Eso explica que el Felipe II de Mollá no sea más que un títere de los acontecimientos, o que una estupenda Samantha Morton pueda lucirse tan pocos minutos en pantalla, o que aquellos que atentan contra Elizabeth entren y salgan de la trama sin ton ni son (Ifans, Redmaye). Y como siempre, Rush y Owen sortean los problemas gracias a su saber hacer. Pero la razón de ser de la cinta es Cate Blanchett, que de nuevo, como en la primera parte, y como siempre, borda su personaje y la evolución y dilemas del mismo, haciendo posible que sólo la veamos a ella como Elizabeth de Inglaterra. En este periodo de su vida asistimos a su conflicto entre soberana y mujer, su papel decisivo sobre el destino de Inglaterra en cuanto a batallas y religión y sus ansias de amar, a hijos o a hombres, aquello que no posee y que nunca llegó a poseer en vida. La escena final de la cinta refleja de manera perfecta estos anhelos, pero ella lo refleja durante todo el metraje, y por ella y ello Elizabeth. La edad de oro resulta un entretenimiento digno de ver y de apreciar.
jaly
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