La gente puede emigrar por distintos motivos, pero a lo largo de la historia el pretexto económico, el hambre y la búsqueda de dignidad y oportunidades han sido los motores que han impulsado a las masas; más incluso que las razones políticas. Aunque las guerras terminen por ser desencadenante y contenedor de todas estas cuestiones.

La información que se recibe desde el exterior: inflada, interesada, retórica..., pocas veces rigurosa y veraz; también contribuye al éxodo, al nomadismo. Viajes de difícil retorno; aunque solo sea para no mostrar el fracaso cosechado, en los lugares de origen.

La británica, señorita Lucy; la familia Mancuso y todos los campesinos sicilianos de inicios del siglo XX, tenían, como tienen hoy, todo el derecho a perseguir sus sueños, a intentar el regreso al paraíso: el lugar donde las frutas y patatas son veinte veces más y el trabajo veinte veces menor; donde se vive casi en la ingravidez y la vida ni mancha ni desgasta...
Pero, adelanta Emanuele Crialese, no existe la certeza; no estaría de más ser cautelosos por si la Isla de Ellis no fuera la entrada del Nuevo Mundo. No queméis todas las naves. A veces, reitera, lo que realmente necesitamos está más cerca de lo que creemos; y la huida no siempre es la solución.