Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de branhunter:
1
Drama Estados Unidos, años 50. Jack (Hunter McCracken) es un niño que vive con sus hermanos y sus padres. Mientras que su madre (Jessica Chastain) encarna el amor y la ternura, su padre (Brad Pitt) representa la severidad, pues la cree necesaria para enseñarle al niño a enfrentarse a un mundo hostil. Ese proceso de formación se extiende desde la niñez hasta la edad adulta. Es entonces cuando Jack (Sean Penn) evoca los momentos trascendentes ... [+]
17 de septiembre de 2011
60 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vista la puntuación y el título, ya se deduce que la crítica no va a ser buena, pero me preocupa que a lo largo de la misma no pueda ser lo bastante ponderado y preciso como para explicar mi puntuación. Vamos allá...

"El árbol de la vida" es una película de una pretenciosidad inconmensurable, sólo explicable en un director que, a pesar de su enorme -realmente enorme- talento, ha perdido la cabeza y se ha metido en una aventura inaccesible a los pobres pecadores. Y de ello ninguna culpa tienen los pobres actores, casi todos brillantes, a los que debo compadecer, muy particularmente en el caso de Sean Penn, quien tenía toda la razón cuando se lamentaba del triste residuo de interpretación que el omniscente Malick dejó en la película tras aplicar las tijeras. Sólo hay un responsable y se llama Terrence.

¿Y por qué? Bueno... La película contiene una parte muy poderosa cinematográficamente, en la que Brad Pitt y unos muchachos trenzan un conflicto familiar, en la que predominan los silencios vocales, suena música clásica y la maestría de Malick brilla con luz propia. Genial y brillante resulta sin duda ese aspecto de la película, ¿pero qué ocurre? Que ese es un elemento que queda enmarcado en el origen de la vida e incluso el más allá. Y ahora es cuando alguien debería decir: ¿Como? Pues sí amigos, y evidentemente pasar de una cosa a la otra no puede ser más que un salto en el vacío... Ay, ¡vacío! Ese es el gran problema: que no se puede llenar el espacio que separa lo particular de lo universal y mucho menos lo vas a llenar con un pseudodocumental soporífero que ocupa buena parte del principio de la película y un final absolutamente delirante, que no hace falta que diga a que final de serie recuerda. Algunos con mucha moral le verán rasgos poéticos, yo la verdad es que en algunos momentos esperaba encontrarme por ahí al monolito de 2001 y una importante porción de la raza humana sentirá un fuerte sopor si se pone a verla. Y para colmo de males... Dios. Todo el rato que si Dios por aquí, que si Dios por allá, que si Dios esto, que si Dios aquello... ¡Uf!

Por añadir algo más, aclarar que en ningún caso recomiendo su visionado y que en modo alguno considero que los elementos más potentes de la película justifiquen el ir a verla, salvo si se tienen ganas de sentirse desconcertado, puede que engañado y desde luego fatigado, porque raro es aquel que no echa una cabezadilla en algún tramo de la película, al menos si la va a ver en primera sesión. Y también que no sólo no se puede comparar al mejor Malick, ni tampoco a Tarkovsky o Angelopoulos, sino que hay que compararlo con el peor Oliveira. Pero bueno, si alguien quiere arriesgarse, ya somos mayorcitos. Sólo si te gusta levitar sobre el vacío, especular sobre naderías o estás completamente autoconvencido de que vas a ver una obra maestra te puede gustar esto. Si eres una persona racional y poco dada a la metafísica de cantina, seguramente tendrás mejores opciones en la cartelera.
branhunter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow