Lo que más me ha gustado de la vida de Adèle es lo bien que profundiza en la vida de una persona, Adèle, que como ya he leído en otras críticas, es cierto que te acabas metiendo en su piel. Conocemos cada rasgo de la cara, cuerpo y gestos de la protagonista gracias a una excelentísima fotografía. En esta película los gestos y las miradas valen más que mil palabras y adquieren auténtico protagonismo.
Es cierto que no creo que sean necesarias 3 horas de película para toda esta trama, pero la verdad es que no se me ha hecho en absoluto pesada(cuando llevaba dos horas ni me había enterado que había pasado tanto tiempo!)
Respecto a las escenas de sexo, no creo que sean tan polémicas como muchos se aferran en insistir, es más, me parece necesario en la sociedad en la que vivimos películas con escenas como esta: presentar como algo natural y completamente normal el hecho de que dos mujeres ardientes de deseo quieran hacer el amor salvajemente. Y sin trucos baratos ni escenas falsas a lo película yankee, el amor y el sexo son así y punto; normalidad que precisamente las películas francesas saben reflejar siempre estupendamente.