La primera vez que vi esta película me dije que era tan cutre y surrealista que su director debía de ser un genio. Las siguientes veces que la vi pude confirmar esa teoría: su creador era un auténtico genio. Se pueden hacer muchas lecturas de esta película; la más sencilla de ella es la que utilizan sus detractores para ponerla a la altura del betún: película de tiros con decorados cutres y penosas actuaciones que trata de ensalzar los valores propios de cierto personaje alemán con bigote de principios del siglo. Otra visión, algo menos simplista que la anterior, es considerar esta película como un extraordinario goce visual de batallas entre una peligrosa raza alienígena y nosotros los seres humanos. Una última visión, mucho más elaborada, es considerarla como una mayúscula crítica a los regímenes totalitarios, al militarismo, a los valores más reaccionarios, y al poder de los medios de comunicación cargada de una gran parodia a las películas del cine B.

Para ello parte de una serie de ideas pertenecientes al homónimo libro de Robert A. Heinlein, y las exagera y dirige hacia su principal propósito: criticar los régimenes totalitarios y de como usan la idea del enemigo común para controlar a la población. En este punto es en donde radican todas las críticas que acompañan esta cinta: no han sabido captar su verdadero mensaje. Cuando vemos una película con un fuerte componente crítico, estamos acostumbrados a encontrarnos con dichas críticas de una forma sútil; en esta, Paul Verhoeven se ha dejado las sutilezas en el fondo del retrete y ha sobredimensionado de una manera macroscópica cada una de las críticas. Desgraciadamente, mientras este recurso deja a algunos estupefactos, a otros directamente les hace creer lo que no es.

La historia nos cuenta como en un futuro la sociedad humana está dividida entre civiles y ciudadanos, siendo estos últimos los que tienen derecho a votar, estudiar, y hasta tener hijos. Para ser ciudadano sólo hace falta alistarse en el ejército y combatir contra un monton de arañas y cucarachas gigantes con muy mala uva venidos de un planeta muy lejano. En ese contexto conocemos a nuestros protagonistas: cuatro jóvenes argentinos que se alistarán por diversos motivos. Durante la guerra sufrirán los duros golpes dados por los bichos y otros golpes más duros aún: los del amor y del desamor.

Sigo en el spoiler...