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España España · Madrid
Voto de Dayman:
5
Comedia El Almirante Haffaz Aladeen (Baron Cohen), un dictador antioccidental, arriesga su vida con tal de evitar el establecimiento de la democracia en Wadiya, un país norteafricano con recursos petrolíferos. Su más fiel consejero es su tío Tamir (Ben Kingsley), Jefe de la Policía Secreta, Jefe de Seguridad y Proveedor de Mujeres. Por desgracia para Aladeen y sus consejeros, Occidente ha empezado a inmiscuirse en los asuntos de Wadiya, país ... [+]
7 de octubre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo decir que la versión que he visto es la "censurada", no creo que tenga demasiado que ver con mi crítica, pero allá vamos.
Es la película de Cohen (Ali G, Borat, Brüno) con la que menos me he reído y analizándola tiene sus razones:

- La crítica social o parodia se traslada del pueblo llano a un dictador. Mientras Borat podría ser cualquier chiflado extranjero, Ali G cualquier flipado de la calle y Brüno cualquier fashion victim gay con poco cerebro (todos ellos exageradísimos, claro), Alladeen solo puede ser una persona muy concreta, de las que como dicen en la película casi no quedan. No es lo mismo que Brüno trate las perversiones sexuales y te provoque gracia, que un dictador hable de los niños de 14 años que ha violado y se han suicidado después o que una persona a la que mandó ejecutar le ayude. (Que conste que si no me riera con el humor negro no me gustarían sus películas, pero en las demás me parece que cada gag tiene una sátira a algún tipo de persona fácilmente reconocible en nuestro día a día).

- La historia de amor no pinta absolutamente nada y menos en este tipo de humor. Por si fuera poco, se pierde lo que podría haber dado de sí ver a su personaje más tiempo con otra gente, chocar el solito con una sociedad que no comprende; pero va casi siempre de la mano de Zoey o Nadal (quien ya ha pasado suficiente tiempo en USA como para aprender sus costumbres), quienes le impiden muchas veces un contacto más brutal aún con el mundo.

- Sus ganas de agradar. Pese a todo el humor negro toda la película lleva el lastre de querer gustar. Formato más convencional, persona odiosa per sé para justificar todo lo dicho, historieta de amor, canto a la democracia (gran discurso el "¿y si EEUU fuera una dictadura?", elevador de nota incluso, pero también la confirmación de que Cohen esta vez no quería que la crítica le hundiera), menos sátira a personas normales y más a las altas esferas, etc.

Puede que todo esto solo sean comidas de olla y no se pueda analizar el humor más allá de si nos reímos o no, por intentar que no quede, solo intento explicar que, por lo menos a mí, no me ha hecho ni la mitad de gracia que Borat o Brüno.
Dayman
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