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Voto de lacorona:
6
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84,638
Drama
En Alemania, durante la semana de proyectos, al profesor de instituto Rainer Wenger (Jürgen Vogel) se le ocurre hacer un experimento para explicar a sus alumnos el funcionamiento de un régimen totalitario. En apenas unos días, lo que parecía una prueba inocua basada en la disciplina y el sentimiento de comunidad va derivando hacia una situación sobre la que el profesor pierde todo control. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tiene "La ola" junto a algunos fallos de guión (como el hecho de que el movimiento ideológico de "La ola" se desarrolle tan rápido y cale tan rápidamente en los muchachos) y algunas interpretaciones por parte de algunos actores algo flojas, una buena BSO y puesta en escena, algunas interpretaciones muy buenas (por ejemplo la del profesor), un guión excelente, y sobre todo un gran nivel de originalidad que la hicieron merecedora tanto de ser la película más taquillera del 2008 en Alemania como de ser una de las más exitosas en el festival de cine independiente más importante: Sundance.
De hecho, en el transcurso de los primeros minutos del filme ya nos damos cuenta de que La ola no es una película al uso. Nos habla del gastado tema de los fascismos y autoritarismos en general, pero de una forma mucho más original, dándole una vuelta de tuerca al asunto. No aparecen campos de concentraciones, no hay judíos ni nazis, no hay buenos o malos. La trama se sitúa en Alemania, en pleno siglo XXI, y gira en torno a una pregunta que realiza un profesor a sus alumnos: ¿es imposible que otra dictadura vuelva a implantarse en Alemania? Los alumnos ironizan con el tema y responden por unanimidad “no”. Tienen la lección aprendida y están hartos de machacar el tema: la dictadura nazi fue un despropósito aunque, según ellos, también irrepetible en el marco temporal en el que se encuentran, exento tanto de racismo como de circunstancias deplorables que motiven su estallido. Será entonces cuando el profesor Rainer, delante del escepticismo mostrado por los alumnos, iniciará un experimento sociológico basado en los mismos aspectos que propiciaron la aparición de los fascismos, de manera que en la película podremos ver diferentes escenas y situaciones plagadas de connotaciones, metáforas y paralelismos haciendo hincapié al por qué surgió, por qué no hubo una sublevación contra él y por qué hoy en día todavía hay gente que sigue fiel a sus ideas.
De hecho, en el transcurso de los primeros minutos del filme ya nos damos cuenta de que La ola no es una película al uso. Nos habla del gastado tema de los fascismos y autoritarismos en general, pero de una forma mucho más original, dándole una vuelta de tuerca al asunto. No aparecen campos de concentraciones, no hay judíos ni nazis, no hay buenos o malos. La trama se sitúa en Alemania, en pleno siglo XXI, y gira en torno a una pregunta que realiza un profesor a sus alumnos: ¿es imposible que otra dictadura vuelva a implantarse en Alemania? Los alumnos ironizan con el tema y responden por unanimidad “no”. Tienen la lección aprendida y están hartos de machacar el tema: la dictadura nazi fue un despropósito aunque, según ellos, también irrepetible en el marco temporal en el que se encuentran, exento tanto de racismo como de circunstancias deplorables que motiven su estallido. Será entonces cuando el profesor Rainer, delante del escepticismo mostrado por los alumnos, iniciará un experimento sociológico basado en los mismos aspectos que propiciaron la aparición de los fascismos, de manera que en la película podremos ver diferentes escenas y situaciones plagadas de connotaciones, metáforas y paralelismos haciendo hincapié al por qué surgió, por qué no hubo una sublevación contra él y por qué hoy en día todavía hay gente que sigue fiel a sus ideas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Así, en pocos días, todos los alumnos de la clase del profesor Rainer formaran parte de un grupo: “La Ola”, en el cual - a través del liderazgo de un líder carismático (el profesor en este caso),unas pautas de disciplina y subordinación, la uniformización, la exclusión y la marginación de aquellos que no apoyan sus ideales, además de una creación propagandística (logos, páginas webs, chapas y postales) por tal de difundir tanto su existencia como sus ideales- todos sus ocupantes se sentirán a salvo, fuertes, de manera que cualquiera que se oponga a él o que simplemente no se quiera unir a ellos sucumbirá ante su poderío. Hay que proteger su supervivencia a toda costa, si es necesario con la violencia.
Esta excesiva exacerbación de los ideales o aspectos en que se basa "La ola" desembocará en fatales consecuencias. Algo que empezó siendo un juego, una actividad diferente, acabaría finalmente en tragedia.
Lo mejor de la película es el mensaje que nos intenta transmitir, lo que nos hace preguntarnos al llegar su final: ¿es posible otra dictadura de estas características en uno de los países del primer mundo? La reacción es bastante similar a la de los alumnos del profesor Rainer: “no” rotundo, pero tras pensarlo detenidamente nos damos cuenta que no es tan disparatado: a día de hoy, el número de conflictos en el mundo no deja de subir, estamos sumisos en una de las mayores crisis de la historia del capitalismo, y en países donde antes había regímenes de izquierda, ahora gobiernan partidos más conservadores. ¿Y la ONU, dirá alguno? Demasiados intereses económicos, mirad sino lo que ha sucedido en Libia. La historia se repite.
Esta excesiva exacerbación de los ideales o aspectos en que se basa "La ola" desembocará en fatales consecuencias. Algo que empezó siendo un juego, una actividad diferente, acabaría finalmente en tragedia.
Lo mejor de la película es el mensaje que nos intenta transmitir, lo que nos hace preguntarnos al llegar su final: ¿es posible otra dictadura de estas características en uno de los países del primer mundo? La reacción es bastante similar a la de los alumnos del profesor Rainer: “no” rotundo, pero tras pensarlo detenidamente nos damos cuenta que no es tan disparatado: a día de hoy, el número de conflictos en el mundo no deja de subir, estamos sumisos en una de las mayores crisis de la historia del capitalismo, y en países donde antes había regímenes de izquierda, ahora gobiernan partidos más conservadores. ¿Y la ONU, dirá alguno? Demasiados intereses económicos, mirad sino lo que ha sucedido en Libia. La historia se repite.