No se puede decir que sea una mala película, tiene una gran factura, como todo el cine de Stephen Frears, pero precisamente el director parece el menos motivado en este film. Buenas localizaciones, buena fotografía, una idea a priori interesante, pero llevada a cabo con una torpeza impropia el director de alta fidelidad, entre otras grandes obras. Un libro de tropecientas páginas condensado en hora y media, no te permite explicar nada medianamente claro, los giros de guión aparecen como por arte de magia, sin ningún proceso anterior, y todo ocurre muy atropelladamente. Tal vez, un montaje un poco más largo la hubiese hecho más comprensible y, paradójicamente, más entretenida.