Encontrada en el fondo de la papelera del catálogo de Prime Video, esta rústica y palurda comedieta italiana carece de todo por lo que cualquiera podría querer verla. Un constructor conservador del norte y el alcalde de izquierdas de un pueblo del sur tienen un desencuentro que se desatará cuando se enteren de que el hijo de uno se va a casar con la hija del otro. A partir de ahí, un despropósito tras otro.

Lo peor no es que el guión sea de una simpleza insultante, sino que no hay prácticamente un solo diálogo, gag o situación pretendidamente cómica que funcione. Al contrario, por ejemplo, que en "Un italiano en Noruega", cinta igualmente simplona pero que cumplía con la tarea de hacer reír con sus ridiculeces. En esta, todo es sumamente ridículo, pero sin la menor gracia, sin chispa y bordeando en demasiadas ocasiones la vergüenza ajena.

Ni siquiera los choques dialécticos entre los suegros salvan el desastre. Al tercero o cuarto se aprecia la caída en picado y uno advierte que la cosa no mejorará. No hay ni ideas ni talento. Una pésima elección para emplear una hora y media muerta.