Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Acción. Intriga Lander, un desquiciado excombatiente del Vietnam, se une a un grupo terrorista palestino que prepara un gran atentado en Miami para protestar por el apoyo que recibe Israel. El oficial israelí Kabakov, con la ayuda del FBI, sigue la pista de una mujer palestina que puede ser la pieza clave para desbaratar los planes del grupo de fanáticos. Basada en una novela de Thomas Harris, el autor de "El silencio de los corderos". (FILMAFFINITY)
29 de mayo de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me senté a ver esta película creyendo que vería otro remedo a socaire de “Pánico en el estadio” (Charlton Heston, 1976), como fue la también rodada al año siguiente a ésta, “Montaña rusa”, algo que tampoco me hubiera desagradado, pues ambas me gustaron. Pero, ¡ostia!, “a socaire” sí, pero sólo eso; ésta es muchísimo mejor. En ésta se definen los personajes. Unos personajes con motivaciones, motivaciones creíbles, convocadas por las destrucciones personales causadas por los horrores de las guerras. Un agente israelita (Robert Shaw) que actúa por patriotismo y que esboza también un pasado de dolor pero al que aún le queda la suficiente compasión como para no matar a una mujer a sangre fría. Una mujer (Marthe Keller) fuerte y decidida, convencida de una causa que jamás traicionará. Una causa que ésta abrazó a raíz de un sufrimiento, del recuerdo de una destrucción familiar que causaron sus enemigos. Un hombre (Bruce Dern) destruido durante un despiadado cautiverio de seis largos años y por el olvido, la incomprensión, y el desprecio de sus compatriotas.

Personajes que vemos transcurrir en un elaborado thriller muy bien conducido, muy en el estilo de los años setenta, por John Frankenheimer. Y cuando parece que este relato ya comienza a hacerse largo se nos aparecen unos veinte últimos minutos finales, electrizantes. Unos veinte minutos con una concatenación de escenas de acción a una velocidad impresionante a un ritmo frenético, y si excluimos su limitación con ciertos efectos especiales, una tan bien encadenada, larga, e impresionante secuencia tan sólo es comparable con aquella tan fascinante que se rodó, casi dos décadas más tarde, en “Heat” (1995, Robert de Niro, Al Pacino).

Una sorpresa escondida, una cinta concebida para ser una segundona pero que se rebeló a su destino, y al menos en profundidad, sobrepasó con creces a su hermana mayor.
Plácido Eldel Motocarro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow