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Voto de AdolfoOrtega:
10
Drama Un vividor se hace pasar en Montecarlo por un respetable conde ruso, e intenta seducir a una distinguida dama norteamericana que pasa sus vacaciones con su marido, un destacado diplomático. Jean Renoir declaró que ver esta película fue determinante en su futura carrera como cineasta. (FILMAFFINITY)
18 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esposas Frívolas está muy alejada de la película que en su día concibió ese genio alemán que fue Erich von Stroheim. Tanto que cuando pudo verla después de que los productores manosearan su cinta original, no dudó en definirla como "el esqueleto de un hijo muerto". A nosotros siempre nos quedará la duda de como sería la obra original sin los tijeretazos a los que siempre estuvo expuesto von Stroheim, pero no compartimos en absoluto la decepción del bueno de Erich, porque aun después de pasar por el túnel de lavado, la película sigue siendo una obra maestra.
El retrato de un personaje insultantemente cínico, manipulador, cobarde y egoísta, está perfectamente perfilado. Por eso, en el odioso conde ruso, vemos a personas de carne y hueso, que, en mayor o menor medida, siguen el mismo patrón en la vida real. Todos nos hemos encontrado a embaucadores profesionales, seductores de pacotilla que se creen más listos que los demás. A los que quieren vivir por encima de sus posibilidades...¿Cómo te gustaría vivir si te tocara la lotería?. Yo, como ahora, pero pudiendo.
Por eso, porque representa a la perfección, criticando con una fina ironía un arquetipo universal que, en su bajeza, nos ha acompañado y nos acompañará en el mundo real, la obra sigue atrayendo, y perdurará para siempre. Como el marqués de Bradomín de las Sonatas de Valle Inclán. Como la Celestina.
AdolfoOrtega
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