Conocí a Joe gracias a mis padres, que a su vez le conocieron de rebote en la gran pantalla. Y gracias a eso descubrimos lo que, para mí, es una gran película.

Trama sencilla de seguir, entretenida y muy sensiblera, pues no importa cuántas veces la vea: ese grandullón siempre consigue emocionarme. De hecho, creo que es la baza principal de la película, su capacidad de generar una cantidad muy grande de emociones diferentes en el espectador.

Es cierto que me gustaba más hace unos años que ahora, pero creo que es algo normal. No obstante, siempre tendré un gran recuerdo de ella.

En conclusión, y para todo aquel que no la haya visto, definiría "Mi gran amigo Joe" como una de las grandes películas para verla en familia.

Totalmente recomendable.


NOTA: No es imprescindible verla en familia, tal vez en soledad os ayude a descubrir un poco más sobre vuestra flexibilidad emocional.