Cuando Into The Spider Verse apareció en el año 2019 en los cines de Argentina pocos esperaban estar frente a una obra maestra que recapturaba en todos los sentidos lo que amamos de los comics de Spider Man. Humor, drama, romance y trasladada a la gran pantalla una buena dosis de muchísima acción acompañada por un soundtrack impecable. Miles aparecía como el Spider Man menos favorito para ganarse al público, calzándose el traje luego de ver morir al Peter Parker original y enfrentándose a un villano temible como el Kingpin. Sin embargo, con una vuelta de rosca deliciosa bajo una trama que Marvel en su universo de carne y hueso venía cocinando hace un tiempo, pero aquí se enfocaba exclusivamente en un sólo personaje. ¿El resultado? Una obra de arte que, en su secuela, se expande a niveles insospechados. Miles ya lleva unos buenos años siendo Spider Man y de a poco empieza a notar rispideces con sus padres típicas de un adolescente. De golpe y sorpresa, su interés romántico, Gwen vuelve a su dimensión para ¿visitarlo?... Poco tarda el querido Miles en descubrir que la visita de Gwen esconde otra sorpresa aún mas grande, que sus actos tienen consecuencias inclusive mayores de las que él puede imaginar y eso lo lleva a encontrarse con amigos, enemigos y no tan amigos para detener a un enemigo en común que en un principio aparenta ser un chiste para luego volverse quizá el causante del momento mas trágico que le puede tocar vivir a Miles en su corta y joven vida.

Sony y Marvel volvieron a meter un gol de mitad de cancha con esta secuela que nos deja en ascuas por un final que promete ser igualmente emotivo y atrapante.