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Sudán Sudán · Lasinfàn Tasmela
Voto de Ok Rick:
8
Thriller. Drama Dos hermanos de familia burguesa se encuentran en una situación desesperada y necesitan conseguir dinero sea como sea: Andy (Philip Seymour Hoffman), un ambicioso ejecutivo adicto a la heroína, le propone a su hermano Hank (Ethan Hawke), cuyo sueldo se va casi íntegramente en pagar la pensión de su ex mujer, dar un golpe perfecto: atracar la joyería que sus padres tienen en Nueva York. Aunque a primera vista parece muy fácil, las ... [+]
20 de enero de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí. Volvió Sidney Lumet. Tras 25 años desaparecido en la mediocridad, desde la excelente Veredicto final (quizá sólo podríamos salvar Un lugar en ninguna parte de este período), está de vuelta para el buen cine. Lo que ocurre es que tiene 84 tacos, lo que hace pensar que esta nueva etapa pueda no durar mucho.

En estos 25 años, Lumet ha parido filmes flojos, malos y lamentables. Hay incluso uno con Don Johnson que es para matarlo: al director, al actor se da por hecho. En realidad, siempre se le pudo tachar de irregular, aunque nos ha ofrecido un puñado de buenos o magistrales títulos, especialmente en los 60 (Sérpico, El príncipe y la ciudad, Tarde de perros y en aquella época Piel de serpiente, Punto límite, El prestamista...) y uno de los mejores de la historia: Doce hombres sin piedad.

Aquí nos cuenta la historia de dos hermanos que planean robar la joyería propiedad de sus padres. Esta sencilla idea llega a tomar tintes de tragedia y se convierte en una genia película. Lumet rechaza, acertadamente, la narración lineal: en su lugar emplea diversos saltos temporales en los que nos dota de más detalles de la trama y, sobre todo, de los personajes, datos necesarios para comprender por qué actúan de la manera que lo hacen. Y es un logro, aunque no falten quienes rechacen esta idea porque ya la usó Tarantino (claro, que antes de él ya se había usado aunque ellos lo ignoren. Y hay películas que también la emplean y son demenciales).

Lumet, además, sabe sacar el mayor partido al cuarteto protagonista. Marisa Tomei (gracias, Sidney, por desnudarla) adquiere un protagonismo que posiblemente, ni se intuía. Ethan Hawke retoma su mejor línea (aunque eso de la perilleja y el pelete para no aparentar lo de niño bueno guapo es muy infantil). Albert Finney, magistral, cada vez mejor actor (se supera a sí mismo en Big Fish, aunque que le den papeles de terminal va a acabar con él). Y, luego, bueno ... Phlip Seymour Hoffman.

Primero, se agradece que le den el papel protagonista aunque sea gordo y feo. En España lo hubiera hecho Eduardo Noriega, por ejemplo; mejor, hubiera hecho los dos, el de Hawke y el de él. En nuestro país todos los actores protagonistas en películas de cierto empaque (subvencionadas, puede decirse) las protagonizan guapos y delgados, es nuestra forma de luchar contra la obesidad). En Hollywood suele ocurrir lo mismo, pero Lumet, a su edad ha dicho no. Y la película crece.

El amigo Philip (que no fue premiado por ningún lado) está impresionante en un papel que tampoco es para lucirse de esa manera, o pocos lo hubieran conseguido. Si hubiera tenido alguna deficiencia física o psicológica le dan el Óscar, que es lo que mola.

Excepcional película, que recupera a un Lumet perdido y se acerca al espíritu del cine del autor en otros años. Por ejemplo, las películas con Pacino. Muy recomendable, aunque sólo sea por disfrutar del talento de Philip y del esplendor cuarentero de Marisa.
Ok Rick
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