"El Planeta de los Simios" (1968) es un clásico de la ciencia ficción que trasciende su género para convertirse en una profunda reflexión sobre la naturaleza humana, la sociedad y el poder. Dirigida por Franklin J. Schaffner, la película nos presenta un futuro distópico donde los simios son la especie dominante y los humanos son criaturas primitivas.

La historia sigue al astronauta George Taylor (Charlton Heston), quien se estrella en un planeta desconocido y descubre que está habitado por simios inteligentes. Taylor es capturado y sometido a experimentos científicos, mientras lucha por demostrar su inteligencia y escapar de su cautiverio.

La película destaca por su guion inteligente y provocador, que plantea cuestiones éticas y filosóficas sobre la evolución, la religión y los derechos de los animales. La actuación de Heston es poderosa y emotiva, y el maquillaje y los efectos especiales de los simios son impresionantes para su época.

Sin embargo, lo que hace que "El Planeta de los Simios" sea realmente memorable es su impactante final, uno de los giros más famosos de la historia del cine. Este final no solo sorprende al espectador, sino que también añade una capa adicional de significado a la película, convirtiéndola en una advertencia sobre los peligros de la guerra, la intolerancia y la destrucción del medio ambiente.

A pesar de ser una película de 1968, "El Planeta de los Simios" sigue siendo relevante en la actualidad. Sus temas sobre la opresión, la discriminación y la lucha por la libertad son universales y atemporales. Además, la película plantea preguntas inquietantes sobre el futuro de la humanidad y nuestro lugar en el universo.

En conclusión, "El Planeta de los Simios" es una obra maestra de la ciencia ficción que combina entretenimiento con una profunda reflexión sobre la condición humana. Es una película que te hará pensar, cuestionar y, sobre todo, recordar su poderoso mensaje mucho después de haberla visto.

Nota: 7/10.