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Voto de ESPILBERDO:
4
Comedia. Romance Vicky (Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson) son dos jóvenes norteamericanas que van a Barcelona a pasar unas vacaciones de verano. Vicky es sensible, racional y tiene intención de casarse; Cristina es apasionada y busca aventuras emocionantes; en realidad, no sabe muy bien lo que quiere, pero sabe perfectamente lo que no quiere. En Barcelona, ambas se ven envueltas en una relación poco convencional con Juan Antonio (Javier ... [+]
24 de abril de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen explora en su última película (y tras concluir su trilogía londinense) ese mundo exótico, cálido y bohemio de la Europa antigua y artística y el mayor acierto y novedad es que ha elegido no a Roma o a París, ya lamidas de sobra por el romance americano, sino a una desconocida (para la mayoría de los yanquis) Barcelona. Es cierto que huele a encargo de consejería de Turismo, pero el recorrido de la cámara por la obra de Gaudí, el Tibidabo o incluso las visitas a Oviedo son tan melosas y sexys como una caricia en un pezón. Así es como pasea la cámara Allen por esa pequeña parte de nuestro país, y el resultado es fogoso pero reiterativo. Se repite su música, se repite su cansina e innecesaria voz en off, se repite la estructura y esto provoca que el espectador caiga en el tedio olvidando lo que está viendo: una inteligente comedia.

Es esta una historia que encierra más molla de la que se muestra: Woody vuelve a reflexionar sobre el amor y el sexo, las relaciones de pareja adúlteras, el compromiso y la libertad, todo centrado en los caracteres antagónicos de dos amigas que pasan un verano en Barcelona: la una, centrada y sumisa, la otra, arriesgada y libertina, sacudidas ambas por el efecto Bardem, un pintor misterioso y atractivo, con un pasado estremecedor: Maria Elena. Un nombre que no para de repetirse en toda la película, personaje que parece dirigir todo el argumento y de una importancia mayúscula. Y sólo aparece en cinco escenas contadas. ¡Pero qué apariciones!

Desde que Penélope salta a escena, la película cobra vida con una fuerza tan rotunda y pasional como sus ademanes dramáticos. Ella es el alma de Vicky Cristina Barcelona y abandona toda imposición para entregarse al personaje. Pe hizo lo que tenía que hacer: se olvidó de dónde estaba, de quién la rodeaba y de quién la dirigía y oscarizó a España con su papel.

No deja de ser, sin embargo, una obra menor de Allen. Hay que pedirle más. Le falta bastante poderío. Y una recomendación: aunque el doblaje es ejemplar, se pierden muchos matices si no se disfruta en versión original.
ESPILBERDO
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