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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Cine negro. Intriga. Drama Steele, un guionista con fama de conflictivo y violento, tiene que afrontar la difícil tarea de adaptar un best-seller de nula calidad literaria. Casualmente se entera de que Mildred, la chica del guardarropa del club que frecuenta, ha leído la obra en cuestión. Decide entonces llevársela a su casa para que le cuente el argumento. Pero, a la mañana siguiente, la policía se presenta en su casa y le comunica que Mildred ha sido asesinada, ... [+]
2 de agosto de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curioso “noir” de tintes melodramáticos y envoltorio metacinematográfico dirigido por un Nicholas Ray en los albores de su tormentosa carrera y protagonizado por dos gigantes del subgénero tales que Humphrey Bogart y Gloria Grahame.
Efectivamente, “En un lugar solitario” arranca conforme a los reconocibles patrones del cine negro americano: enigmática muerte, protagonista de vuelta de todo, “femme fatale”, diálogos corrosivos y más tabaco que en un claustro de profesores. No obstante, dicha lógica queda pronto en suspenso, a beneficio del citado componente melodramático, que se va agriando conforme asistimos a la progresiva degeneración del turbio guionista encarnado por Bogart. Su personaje, bronco y machista como un chat de militares jubilados, se antoja hoy poco menos que antediluviano, cosa que, paradójicamente, lo dota de un valor añadido en tanto espécimen (por suerte) extinto, o casi. Merced al volcánico carácter de semejante individuo, atraviesa la historia una electricidad malsana, una “terribilità” rayana en lo psicopatológico, que alcanza cotas próximas al paroxismo en un desenlace angustioso, digno de ser incluido en cualquier charla contra la violencia de género. La verdad, me los ha puesto de corbata, 71 años más tarde y sin ser yo Gloria Grahame.
Ni que decir tiene que la interpretación de Bogart, que también produjo la película, es sencillamente superlativa. El tránsito entre el acostumbrado cínico de buen corazón y el potencial —si no de hecho— maltratador se produce con una naturalidad desarmante e, insisto, aterradora. Le da réplica más que eficaz una Gloria Grahame que a su vez evoluciona desde el laconismo mineral de esa caída de ojos suya, única en la historia del cine, hasta la fragilidad y la sumisión de una mujer reducida a la nada por la egolatría tóxica de su pareja.
Carorpar
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