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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Romance. Comedia Ruth (Inma Cuesta), una joven investigadora en una universidad, asiste a las sucesivas bodas de sus ex, de los que fueron sus "hombres de su vida", sin que ella consiga encontrar a su media naranja. ¿Hay algo peor que tu ex novio se case con otra y te invite a su boda? Sí, que te pase tres veces en un mes, no saber decir que no, y que el único al que consigas convencer para que te acompañe sea tu nuevo becario. Un alérgico al ... [+]
8 de diciembre de 2013
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hilarante película que hace de la carcajada franca y sin remilgos su caballo de batalla. Podríamos considerarla una especie de versión patria de la elegante comedia británica "Cuatro Bodas y un funeral". Si durante una de aquellas cuatro bodas su protagonista, Hugh Grant, se veía obligado a compartir mesa y mantel con todas sus ex novias, "Tres bodas de más" ahonda en la pesadilla y hace asistir a una sorprendente, y excelente- y "estupenda"-, Inma Cuesta a las bodas de tres de sus ex.
El guión, lo bastante inteligente como para no andarse con complicaciones innecesarias, desarrolla una historia levísima pero sin fisuras, que sirve de hilo conductor a una concatenación infatigable de gags. Éstos transitan entre el surrealismo chocarrero de raíz berlanguiana y la escatología, más verbal que visual, de la ultima comedia gamberra americana. Adorna la función alguna que otra pincelada del Almodóvar más desenfadado- impagables la madre dominatrix encarnada por Rossy de Palma y *(atención, spoiler).
Si la rotundidad de los gags es uno de los puntos fuertes del film, no lo es menos su acertadísimo reparto. Plagado de conocidas caras cómicas, muchas de ellas procedentes del medio televisivo- Paco León, Berto Romero, Joaquín Reyes-, supone un soplo de aire fresco en el adocenado páramo- me niego a decir panorama- del cine español. Mención aparte para la ya citada Inma Cuesta, quien no sólo luce palmito y ese maravilloso rostro suyo de cuadro de Romero de Torres, sino que se revela como una fantástica interprete de comedia. Quim Gutiérrez, por su parte, hace de sí mismo como suele, de modo que irritará a muchos como encandilará a tantas. Martín Rivas todavía se queda en guaperas, aunque apunta algún detallito esperanzador.
En fín, Ruíz Caldera no es Sánchez Arévalo, ni lo pretende. Su cine es otro: menos sutil, más físico, e igualmente eficaz.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Carorpar
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