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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Comedia Jake llega a la Universidad de Texas en su deportivo, con las ventanillas bajadas y la música a todo volumen. Quedan sólo unos días para que arranque el curso, pero piensa aprovecharlos conociendo chicas, yendo a fiestas y haciendo amigos. Secuela espiritual de Dazed and Confused, ambientada en los años 80. Los protagonistas, un grupo de jugadores de béisbol a punto de ingresar en la Universidad, son conscientes de que las obligaciones ... [+]
3 de julio de 2016
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Richard Linklater es un vendedor de humo nostálgico no lo discute nadie. Claro que, igual de indudable resulta que ese humo suyo es jodidamente adictivo. Sólo así puede explicarse que, invariablemente, resista la tentación de abandonar la sala echando sapos por la boca apenas cinco minutos después de empezar sus películas; y que, pasados diez, la vergüenza ajena se vea desplazada por una sonrisa cada vez más amplia y reminiscente que ya no se me borrará en varias horas. Como se trata de una reacción que supongo compartida por muchos espectadores, ahí es donde debe de radicar buena parte del éxito de este atípico director —o no tan atípico, acuérdense de Cameron Crowe, otro entrañable dispensador de sonrojos—.
Tras el aldabonazo de crítica y público que supuso “Boyhood” (ídem, 2014) —su obra maestra hasta la fecha, prodigio de sensibilidad veraz frente a tanta sensiblería falaz—, Linklater se da un respiro intelectual y cinematográfico con el florilegio de juergas universitarias que componen “Everybody Wants Some!!”.
Cierto que esta secuela oficiosa de “Dazed and Confused” (Movida del 76, 1993) remite a tantísimas otras historias de “Airgam Boys” descerebrados en busca de cualquiera sea el hoyo en el que enterrar la salchicha; pero que los árboles no nos impidan ver el bosque —o el campo de nabos, vaya—, el sello Linklater permanece indeleble: entre polvo y polvo, o tentativa de ellos más bien, y sin lugar a la resaca —“juventud, divino tesoro…”—, sus luminosos personajes se engolfan en sesudas conversaciones acerca de lo divino y de lo humano —de Pink Floyd a Carl Sagan, pasando por “La Dimensión Desconocida” sin dejar de hojear “Ángeles de desolación”— que, no vale la pena siquiera intentar negarlo, a más de uno se le harán cargantes. Especialmente si lo que se vino a buscar no fue más que otra estúpida película americana—por alusiones, “Not Another Teen Movie” (No es otra estúpida película americana, 2001).
En cuanto al reparto, Linklater tira esta vez de un ramillete de anónimos y fornidos mocetones para integrar ese equipo universitario de béisbol presidido más por el anhelo de mojar el churro que por el de batir ningún record de carreras. No es que anden sobrados de talento —en cuanto a la interpretación, al menos; sólo el parlanchín robaplanos encarnado por Glenn Powell saldría vivo de un análisis riguroso— pero componen un grupo simpático y a su compadreo viril, fundado en el vacile sempiterno, no le falta verosimilitud.
Una reflexión algo personal a guisa de punto final que no se si vendrá a cuento: viendo “Everybody Wants Some!!” me he acordado del airado post en el que hace unos días leía a una mujer despotricar de las progresivamente más exiguas becas Erasmus. Le parecía inapropiado que se destinara dinero público a que nuestros estudiantes disfruten de un cuatrimestre, o dos, de fiesta por Europa a gastos pagados. En tanto beneficiario en su día de dicha beca, se me ocurrieron varias respuestas al respecto, y en ningún caso conciliadoras. Tras el buen rollo inoculado por el último trabajo de Richard Linklater no me queda sino sentir lástima por ella y por tantos otros que tampoco han entendido nada.
Carorpar
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