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España España · Los Llanos de Aridane
Voto de Nairdan:
8
Terror. Thriller Seis años después de la violenta muerte de su marido, Amelia (Essie Davis) no se ha recuperado todavía, pero tiene que educar a Samuel (Noah Wiseman), su hijo de seis años, que vive aterrorizado por un monstruo que se le aparece en sueños y amenaza con matarlos. Cuando un inquietante libro de cuentos llamado “The Babadook” aparece en su casa, Samuel llega al convencimiento de que el Babadook es la criatura con la que ha estado soñando. ... [+]
24 de febrero de 2021
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Babadook, debut en la dirección de la actriz Jennifer Kent, es una cinta de terror que parte de resortes clásicos, con unos honorables y evidentes referentes (Polanski, Kubrick, cine japonés) y que logra asustar y sorprender. Es un inteligente artefacto de horror donde la sabiduría de su responsable se puede observar en lo bien que arma dramáticamente el conflicto y la tridimensionalidad que otorga a los personajes, o al menos a los que importa. A saber, Amelia y su hijo Samuel, la relación más intensa de la película, y el centro y fuerza motor de toda la peripecia.

Una vez definido a la perfección el drama de la historia, cuando lo expuesto tiene profundidad y hondura a nivel emotivo, entonces puede empezar la cadena de sustos. Y cómo lo hace. Kent orquesta la historia con los elementos precisos y no se sale del canon a la hora de establecer la progresión de la parte más abiertamente terrorífica. Como todo buen amante del género sabe, una vez están establecidos los puntos, puede comenzar el miedo. Y aquí lo hace sacando máximo partido de la localización estrella (esa casa tan siniestra) y con una planificación escénica sobresaliente, que usa los encuadres, ángulos y decorados para inquietar sin recurrir al despliegue de hemoglobina.

En su repaso a los resortes más clásicos y lugares comunes del género sí que es verdad que existen momentos más previsibles (el empujón a la prima, el futuro de Bugsy) y que se aplica una elipsis para avanzar la acción y cerrar la historia en lugar de lidiar con las consecuencias de esa noche tan intensa, pero la elegancia y el expeditivo uso de los elementos aquí conjurados suple con creces las deficiencias. Con el estupendo protagonismo de Essie Davis, que muestra múltiples registros a lo largo del metraje, y el pequeño Noah Wiseman demostrando un aplomo admirable, la directora y guionista altera el estado de conciencia de la película con eficaces recursos pirotécnicos y jugando siempre con las apariciones del escalofriante Babadook, ideal monstruo de cuento mortal que priva de sueño a madre e hijo.

El uso de fragmentos de películas que son capaces de dialogar con la agitada mente de Amelia (desde Mario Bava hasta los milenarios cortos de George Meliès o el español Segundo de Chomón, amén del fragmento de El extraño amor de Martha Ivers), hacen que el suspense y la violencia crezcan en espiral ascendente hasta concentrarse en una noche infernal en la que se lidia con traumas no superados. Es una cinta contenida y fría, que una vez se desate irá a por todas, hasta invocando algunos pensamientos incómodos e ideas políticamente incorrectas.

Y es que ese es otro de los grandes logros de Babadook, el plantear la historia creando ambigüedades respecto a temas como los terrores nocturnos, la culpa, la maternidad sobreprotectora, el deseo reprimido, la falta de disciplina, la mirada del otro o las proyecciones de nuestras emociones sobre los demás. La cineasta sabe jugar con el poder metafórico de todos estos conceptos, y como la relación maternofilial y su entorno está descrita con tal acierto, puede permitirse caminar por la cuerda floja que separa lo sobrenatural de lo psicótico hasta que toma una decisión. Una decisión que espolea el debate posterior y confirma a Kent y su cinta con un muy meritorio ejemplo de cine de terror que respeta sus fuentes y, lo mejor, que sobresalta.
Nairdan
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