Esta comedia es la mejor que he visto en mi vida. Las actuaciones de Steve Martin y John Candy pasaron a la posteridad y la historia, ni hablar. Cuando el pobre Neil Page (Martin) se encuentra con Del Griffith (Candy) empieza una serie de aventuras entre ellos con escenas memorables y disparatadas. Uno se pone en el lugar de Page y el hecho de soportar a Griffith es un parto, un apostolado. Son tas distintos uno de otro, tan diferentes en la forma de ser, de vivir, de pensar, que juntos son el agua y el aceite. Pero también esta película tiene el gran valor de LA AMISTAD.
Pese a no soportarlo a Del, Neil en el fonfo lo aprecia, lo acepta como es, lo quiere. Y se lo demuestra. GENIAL Y NOSTÁLGICA COMEDIA CON MENSAJE DE AMISTAD DE LOS INOLVIDABLES Y MÍTICOS 80, TIEMPOS Y PELÍCULAS QUE JAMÁS VOLVERÁN...