Media votos
6.4
Votos
3,886
Críticas
16
Listas
5
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de kiss_army:
8
6.8
31
Drama
A Camille no le gustan los hombres con los que su madre se relaciona. Ella sigue soñando con encontrar a su padre, que vive en Nueva York. Un día, ve a su madre discutir con otra mujer, en la que cree reconocer a su padre, que se ha cambiado de sexo. (FILMAFFINITY)
12 de mayo de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine siempre ha estado presente desde que uno empieza a ser consciente de lo que ocurre a su alrededor, y el concepto que tenemos de éste varía con los años. Para algunos el cine no es más que un simple entretenimiento inofensivo, un pasaratos intrascendente que consiste en ver la película que te dice la televisión que veas, de la que habla todo el mundo, en la que salen actores guapos y conocidos mientras devora palomitas y que inmediatamente olvida. Una gran mayoría no ve más allá de las campañas de marketing, de las promociones incesantes que copan los medios de comunicación previo pago. Por desgracia eso no ocurre sólo con el cine sino también con la música, la forma de vestir, inluso la literatura, y es provocado, entre otras cosas, por el rechazo a formarse un criterio propio al margen de cualquier sugestión exterior. La comodidad es poderosa. La curiosidad, intentar ver más allá de lo que se nos ofrece con tanta insistencia, con tantos fuegos de artificio, no es algo que se de con frecuencia y a menudo hace falta una chispa, una casualidad que represente un punto de inflexión y nos empuje a descubrir un mundo impagable y abrazarnos a él para toda la vida. El concepto que tenía yo hace años del cine (entre otras cosas) era el que he descrito anteriormente hasta que decubrí una serie de películas que me mostraron que había un cine diferente, que no tenía que venir necesariamente de EEUU, ni que contar con estrellas en su reparto ni con un gran presupuesto, del que nadie hablaba (y mucho menos los grandes medios de comunicación) y que, sobretodo, contaba historias que estaban al margen de aquellas que nos mostraba Hollywood. Me enseñaron a tener en cuenta el cine como arte y, con el tiempo, a no rechazar a priori una película por su procedencia y/o época (cosa demasiado frecuente: ¿¿blanco y negro?? ¿¿Y por qué habría de ver una película en blanco y negro??) Esta película fue una de ellas y por eso le tengo un cariño especial. Y como no tiene ninguna crítica qué mejor que empezar con ella.
Recuerdo las noches de verano a las tantas de la noche delante de la tele y descubrir que en la 2 (esa cadena marginada) programaban películas en versión original (cosa incomprensible para alguien que ha crecido oyendo doblajes infames). El título de una de esas películas era "El sexo de las estrellas", el único que con el paso de los años guardó mi memoria. Pasado el tiempo apenas recordaba el título y vagamente el argumento, y no fue fácil encontrarla ya que las referencias que hay en internet son mínimas. Pero la terminé encontrando (no hace falta que diga cómo ni dónde). La volví a ver (con una pésima calidad de imagen, y con la mosca de la 2, of course) y no me decepcionó.
(Sigue en el spoiler, no desvelo nada del argumento)
Recuerdo las noches de verano a las tantas de la noche delante de la tele y descubrir que en la 2 (esa cadena marginada) programaban películas en versión original (cosa incomprensible para alguien que ha crecido oyendo doblajes infames). El título de una de esas películas era "El sexo de las estrellas", el único que con el paso de los años guardó mi memoria. Pasado el tiempo apenas recordaba el título y vagamente el argumento, y no fue fácil encontrarla ya que las referencias que hay en internet son mínimas. Pero la terminé encontrando (no hace falta que diga cómo ni dónde). La volví a ver (con una pésima calidad de imagen, y con la mosca de la 2, of course) y no me decepcionó.
(Sigue en el spoiler, no desvelo nada del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Se trata de un sólido drama que habla de un tema de poca presencia en el cine: el cambio de sexo. La película se centra especialmente en las consecuencias que este acto provoca en la gente que rodea a quien tiene que recurrir a él buscando una felicidad que no encontraba en su anterior estado. Se centra principalmente en Camille, una joven estudiante que se refugia en la contemplación de las estrellas para paliar su soledad. El regreso de su padre, ya transformado en mujer, le hará albergar esperanzas de recuperar una relación que desapareció hace tiempo y una figura paterna inexistente en las parejas de su madre.
La niña está obligada a madurar y debe afrontar y aceptar los hechos, contemplar la decepcion. La madre no quiere que su hija, a la que es incapaz de comprender, sufra como ella sufrió en el pasado por culpa de aquel a quien quiso y tuvo que ver marchar. El padre no puede evitar que la busqueda de una felicidad que seguramente jamás encontrará provoque sufrimiento a otras persona a su pesar.
El cambio de sexo es visto desde el rechazo por la ex pareja, por los ex compañeros de trabajo y, en el fondo, también por la hija, que sigue viendo a un padre; a un hombre, no a una mujer. No se acepta la nueva identidad, la incomprensión es generalizada. Esa hija que quiere recuperar a su padre también quiere que éste recupere la identidad anterior. Y aunque éste/ésta no quiera hacer daño a su hija (ese daño que sí hizo a la madre) y pretenda rehuirla, pues sabe que la relación sólo la perjudicará, la insistencia y los inevitables lazos paterno-filiales le acercarán a ella. Pero quizá sea demasiado tarde para recuperarla.
Esa adolescente solitaria mirando a las estrellas, a lo inalcanzable (como ese padre que ya nunca lo volverá a ser), con ese amigo cojo tan joven y ya testigo de la miseria moral y la mezquindad que nos rodea, buscándose en las calles de Québec para no sentirse tan solos quizá fuese la imagen que me impactó en su día y sirvió para recordar esta película y poder recuperarla. No es una obra maestra (ni falta que hace), el paso del tiempo la devorará (de hecho ya nació con vocación de olvidada, al menos fuera de las fronteras canadienses) y apenas la habrá visto gente, pero yo siempre la recordaré por abrirme los ojos y hacerme ver, junto con otras películas, que había un cine más allá del que me intentaban vender. Que al margen de un cine mayoritario y comercial (no tengo nada en contra de este cine, ya sé que la calidad y la comercialidad no están reñidas) había un cine minoritario y seguramente más cercano. Todo un mundo inexplorado y que aun hoy estoy descubriendo. En definitiva, que existía otro cine.
La niña está obligada a madurar y debe afrontar y aceptar los hechos, contemplar la decepcion. La madre no quiere que su hija, a la que es incapaz de comprender, sufra como ella sufrió en el pasado por culpa de aquel a quien quiso y tuvo que ver marchar. El padre no puede evitar que la busqueda de una felicidad que seguramente jamás encontrará provoque sufrimiento a otras persona a su pesar.
El cambio de sexo es visto desde el rechazo por la ex pareja, por los ex compañeros de trabajo y, en el fondo, también por la hija, que sigue viendo a un padre; a un hombre, no a una mujer. No se acepta la nueva identidad, la incomprensión es generalizada. Esa hija que quiere recuperar a su padre también quiere que éste recupere la identidad anterior. Y aunque éste/ésta no quiera hacer daño a su hija (ese daño que sí hizo a la madre) y pretenda rehuirla, pues sabe que la relación sólo la perjudicará, la insistencia y los inevitables lazos paterno-filiales le acercarán a ella. Pero quizá sea demasiado tarde para recuperarla.
Esa adolescente solitaria mirando a las estrellas, a lo inalcanzable (como ese padre que ya nunca lo volverá a ser), con ese amigo cojo tan joven y ya testigo de la miseria moral y la mezquindad que nos rodea, buscándose en las calles de Québec para no sentirse tan solos quizá fuese la imagen que me impactó en su día y sirvió para recordar esta película y poder recuperarla. No es una obra maestra (ni falta que hace), el paso del tiempo la devorará (de hecho ya nació con vocación de olvidada, al menos fuera de las fronteras canadienses) y apenas la habrá visto gente, pero yo siempre la recordaré por abrirme los ojos y hacerme ver, junto con otras películas, que había un cine más allá del que me intentaban vender. Que al margen de un cine mayoritario y comercial (no tengo nada en contra de este cine, ya sé que la calidad y la comercialidad no están reñidas) había un cine minoritario y seguramente más cercano. Todo un mundo inexplorado y que aun hoy estoy descubriendo. En definitiva, que existía otro cine.