El problema de las adaptaciones literarias a la gran pantalla es que o son perfectas (pero sin alma) o son imperfectas (y no tienen alma). En este caso nos encontramos ante el primer supuesto. Una película que visualmente es perfecta, con una fotografia y música excepcional, una buena ambientación localista pero...sin el alma que tenía el libro. No nos trasmite el alama de la geisha, lo que hay detrás de esas mujeres, el esfuerzo físico y cultural que debían realizar para estar entre las mejores. Los actores están correctos, pero nada más. La historia se hace larga. No se llega a entender bien los celos de Hasumoto y el mundo cerrado de esas mujeres. El horror de la guerra, el cambio de mentalidad de un Japón cerrado y tradicional con la llegada de los americanos.
Tal vez la belleza visual que había tras Moulin Rouge no es transportable a esta película, por lo cual el director se limita a ser un "obrero" de películas, pero no un artísta.
Una muestra más de que en hollywood no hay ideas y se limitan a realizar adaptaciones de libros sin ninguna alma y pensando que con solo poner dinero basta.