Comedia con ritmo deliberadamente acelerado en la que se suceden las situaciones humorísticas en un contexto siempre distendido y sin complicaciones, tanto a nivel formal como conceptual.
La vis cómica de S. Martin y de J. Candy es aprovechada a conciencia por un J. Hughes que sabe conducir la trama por los derroteros de lo caricaturesco y de lo desaforado hasta que decide imprimir un nuevo sesgo al relato e introduce un discurso en el que los sentimientos comienzan a tener relevancia.
De este modo la película va adquiriendo un carácter dual pero en ningún momento pierde su eficaz sentido de la narración, su endiablado concepto de la acción y una naturalidad que sorprende a pesar del complejo clima de la historia.
Desde la carcajada hasta la reflexión, la propuesta del director, productor y guionista norteamericano cumple con todas las exigencias del buen cine.