Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Voto de Cineycine:
8
Drama Nuevas aventuras tanto personales como deportivas del boxeador Rocky Balboa, que en esta ocasión debe enfrentarse a un duro y frío boxeador soviético, llamado Ivan Drago. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Tras la clara propuesta de transición que supuso ‘Rocky III’ (Sylvester Stallone, 1982) para la franquicia iniciada en el ya lejano 1976 al ser un film que ya oscilaba entre el intenso drama al que Rocky nos tenía acostumbrados, pero introduciendo sutilmente la acción y el espectáculo más estricto como factor de gran peso, ‘Rocky IV (de nuevo dirigida por Stallone) ya se volcaba definitivamente en ofrecernos un festival de golpes, venganzas, patriotísmo Americano, montaje videoclipero y música de la de verdad sin mayor pretensión que la de hacer explotar la adrenalina del espectador. Ahora la machada, la hipertrofia muscular, la épica y la majestuosidad de la fuerza masculina predominarían en cada minuto de metraje.

Eran los 80. Una época en la que lo imposible se hacía realidad a través de una pantalla de cine. La década de los sueños, de la ilusión y de las proezas memorables que protagonizaban nuestros héroes en la ficción. Sea como fuere, y para bien o para mal, ‘Rocky IV representa de forma nítida y honesta lo que significaba aquel tipo de cine, con todas sus cualidades y grandes virtudes, pero también con sus defectos... y 'Rocky IV' destaca por el hecho de ser una de las películas que marcaron, definitivamente, una clara y exitosa tendencia para el cine de dicha década hasta bien entrados los años 90. Ahora bien, la película no está exenta de otros muchos méritos y cualidades que, con el paso del tiempo, hicieron de ella un film poco menos que de verdadero culto: hablamos de un enfático y “musculado” relato que se centra más en la acción que en el factor dramático/deportivo, aunque este último funciona de manera correcta en los momentos necesarios. En cualquier caso la película resulta tan rebosante de emoción, de coraje y de adrenalina, como delirante y exagerada a partes iguales, lo cual no es del todo malo.

Gracias a 'Rocky III' y 'Rocky IV' el personaje de Stallone se convirtió en un icono y en auténtica cultura-pop por momentos y situaciones memorables que marcaron un antes y un después en la franquicia. Instantes como ‘el ojo del tigre’ de ‘Rocky III’, el ‘no hay dolor’ que el personaje de Tony Burton le transmitía al púgil en la emocionante cuarta entrega o las increíbles batallas libradas sobre el ring son buenos ejemplos de ello al quedarse grabados a fuego en la retina del espectador, porque Rocky no es sólo afán de superación, marginación o humildad... también es poder, fuerza, espectáculo y, por qué no, excentricismo y algo de ego. De este modo, ‘Rocky IV’ es la culminación de una evolución de un personaje que ha pasado de la pobreza de los suburbios de Filadelfia, hasta el éxito, la grandeza y la riqueza, quedando todo ello magníficamente representado en esta cuarta entrega que nos habla del asentamiento de Rocky como boxeador y como persona al haberlo ganado todo, pero que sigue necesitando de nuevos retos para ser fiel consigo mismo.

En definitiva: ‘Rocky IV’ es, de lejos, la secuela más dinámica y disfrutable de la franquicia. Bien cierto es que comparándola con obras cinematográficas más intensas, como el primer 'Rocky', ‘Rocky Balboa’ o incluso la infravalorada ‘Rocky V' puede que no salga bien parada. Pero en su estilo y enmarcándola dentro de la categoría adecuada, ‘Rocky IV es de las mejores películas/secuelas de su (ya extinta) especie, hecho directamente relacionado con que se trate de una de las película más recordada sobre nuestro querido y mítico personaje.

-Lo mejor: El super espectáculo de actioner que el film ofrece de principio a fin. Su sublime banda sonora (atención a los temas 'No easy way out' o 'Hearts on fire'). El buen hacer de Stallone al convertir un producto tan líneal y simple, en algo extremadamente "adrenalítico", violento y no exento de intensidad y emoción con un combate final memorable.

-Lo peor: Como producto artístico, desde un lenguaje estrictamente cinematográfico, se trata de la película más floja de la franquicia. Se echa en falta mayor presencia de los personajes de Burt Young y Talia Shire (ambos, prácticamente, testimoniales). Cierto exceso de mensaje patriótico Norteamericano que no debió sentar demasiado bien a la Unión Soviética del momento.

-Más en: www.cineycine.com
Cineycine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow