¿Es ésta una gran película? No lo es.
¿Es entonces lo que se dice una buena película? Para nada.
¿Tiene un argumento interesante? Qué va.
¿Destaca su fotografía, su banda sonora, su montaje, ....? Ni de coña.
¿Demuestra Tom Hanks en ella ser un director prometedor? No lo creo.

¿Entonces? ¿Por qué rayos le estoy poniendo un 6?

Porque hoy en TV he vuelto a ver esta historia simple. Más simple que el mecanismo de un botijo. Con dos grandes actores que me animan a mirar lo que les pasa y unos extras que no desentonan. Y no me conmueve para nada, porque lo que les pasa es de andar por casa. Pero puedo hacer mío durante un rato ese espíritu positivo que transmite trasmite la historia: un volver a empezar que surge de un cambio hacia una vida simple, sin dramas, con calma. Trabajo, estudio, una cañita, un paseo en vespa para que te dé el aire y el sol, una charla con algunos amigos o conocidos... y a pasar el día viendo lo qué sucede, valorando lo que tienes por simple que sea.

No me importa si los protagonistas acaban juntos o no, porque al final no importaría, porque me lo paso bien viendo estas vidas simples como.... el mecanismo de un botijo. Y me gustaría que durara un rato más para seguir un rato más en esas vidas normales.

Y ojo amigos, porque el mecanismo de un botijo puede parecer simple, pero bastante más difícil de apreciar de lo que la gente piensa, porque los botijos mantienen el agua fresca aún estando a pleno sol. Y ese es un secreto que pocos saben cómo funciona realmente y menos aún se han parado a pesarlo y observarlo tal como merece.