No sé ni para qué me molesto en seguir viendo las películas de Guillermo del Toro. ¿Es de verdad un director de cine tan prometedor? Desde luego que con El laberinto del fauno sí que lo fue, aunque la película tampoco es la crême-de-la-crême. Aun así, es lo mejor que ha construido.

Su filmografía se basa en las adaptaciones de Hellboy, las cuales no me gustaron; Pacific Rim, que no la he llegado a terminar del estado de aburrimiento al que me condujo; El laberinto que ya he comentado qué tal es; y la serie de TV The Strain. Nada para reseñar tampoco. ¿Entonces qué magia tiene el mexicano? Pues no lo sé. Yo no la veo.

¿Y The Shape of Water?
La forma del agua nos presenta un laboratorio de los Estados Unidos durante la Guerra Fría en el que han descubierto un monstruo/animal/cosa (Doug Jones) vive debajo del agua y lo retienen allí para analizarlo y experimentar con él. El diseño del personaje me gustó porque me recordó a Thane (Mass Effect, videojuego). Elisa (Sally Hawkins), muda y limpiadora del laboratorio, tendrá un vínculo emocional con el monstruo al que le dará huevos. Sí, huevos. Hervidos. Y lo intentará sacar de ahí cuando sepa cuál es su destino.
Bueno, vale. Que no es muy original, pero habla sobre la tolerancia, el racismo y el amor interracial. Me gusta que trate esto, pero lo hace mal. Me sobran todos los mensajes que utiliza el autor para dar su mensaje. Que lo hemos pillado, Guille. Que no hace falta que nos muestres imágenes sobre las rebeliones negras en Alabama, ni sobre qué mal lo están pasando las personas negras. Sobraba por completo. Sabía de qué iba la película incluso sin que nos mostraras eso. Era evidente. Todo el panfleto de buenismo político sobra por completo. Igual que la escena en el bar en el que echan al vecino de Elisa por insinuarse al camarero. De relleno. Y las escenas de los rusos son totalmente un desastre. Aparecen para avanzar la trama porque a mitad de película, la trama pierde fuelle. Y ya no quiero ni mencionar las escenas de los spoilers.

Aun así, la película tiene cosas muy interesantes. Las referencias cinéfilas al cine de las décadas de los 30 y 40 son fabulosas. Varias películas reconocidas de esta época como Las zapatillas rojas, Cleopatra tienen un pequeño homenaje en la pantalla y se agradece. La música de Alexander Desplat es otro punto a favor. Le da un toque más europeo, como me han comentado, y creo que es muy acertado. Le da ese toque de ensoñación y fantasía a la obra. Y la puesta en escena es muy bonita: en ese aspecto, Del Toro no falla. Eso sí, la crítica contra el American Way of Life con Michael Shannon me ha gustado. Aunque haga de malo maloso e incompetente.

Pero no es para tanto. No se merece el premio Óscar a Mejor Película. Ni nada destacable. Es una película que puedes ver y te entretiene, pero nada más.

Por esto, La forma del agua tiene un 5.