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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
8
Comedia. Drama Durante más de seis años, Simón el estilita ha hecho penitencia manteniéndose en pie sobre una columna. Un devoto muy rico le regala una columna mejor, y Simón realiza el milagro de devolverle las manos a un mutilado. Durante varios días, mientras Simón sigue haciendo penitencia, el diablo se le aparece y trata de hacerlo caer en la tentación. (FILMAFFINITY)
25 de marzo de 2014
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el desarrollo del filme aparece un concepto teológico, la "apocatástasis", tan abstruso como muchos otros para el común de los cristianos, que Buñuel lo coloca en tono de sorna en una escena típica de su cinematografía donde pretende cachondearse un tanto del cristianismo en su derivación laberíntica y de conflictos internos por interpretaciones de "raras palabrejas", historia viva desde sus primeros inicios, de manera que entre los cenobitas que aparecen yendo a visitar a Simón, filma a uno preguntándole a otro, «¿qué es eso de la apocatástasis?», y a ése contestándole con un movimiento de hombros indicativo de que él tampoco tiene ni idea.

Pues expliquémoslo, que la cosa tiene mucha enjundia: apocatástasis (del griego "apokacistó", significa "restaurar", poner una cosa en su punto inicial o primitivo). Tal palabra, y en su sentido auténtico de "restauración al final de los tiempos", aparece una sola vez en el Nuevo Testamento, en Hechos 3,20 ss.; pero fue principalmente el teólogo alejandrino, Orígenes (s. II-III d.C., considerado el más grande teólogo de los primeros siglos del cristianismo y uno de los más importantes de toda su historia), quien al utilizar este concepto provocó más polémica. Orígenes se valió de esta palabra griega para significar que al final de los tiempos, todos, pecadores y no pecadores, buenos y malos, ángeles y demonios, todos serán uno con Dios. Es decir, al final de los tiempos el bien triunfará sobre el mal por completo, incluido Satanás y todos sus demonios o representantes del mal, todo quedará "restaurado" en Dios, reconvertido en Bien, como al principio de los tiempos, porque si Dios ha sido el principio sólo Dios puede ser también el final.

Esta hipótesis teológica de Orígenes, entre otras, le ocasionó tiempo después, la incomprensión y el quedar relegado fuera de la ortodoxia de la Iglesia Católica, hasta el punto que siendo el teólogo que más influyó en el resto de escritores cristianos de su tiempo y posteridad, con mayor creación de escritos teológicos reverenciados, ensalzados y citados por los grandes Padres de la Iglesia, no acabó él como uno de ellos ni obteniendo (por parte de los repartidores oficiales de santidad) la titulación de santo y docto de la Santa Iglesia Católica.

Esto se debió a que la tal apocatástasis planteaba un gran problema doctrinal: dejaba sin validez muchas frases de los evangelios canónicos acerca del infierno y sus penas infernales para siempre, dejaba sin validez el castigo definitivo de los malos, el cual queda expreso repetidamente en el mismo Nuevo Testamento, dejaba sin validez la libertad de cada ángel, demonio o cada uno de nosotros, que hemos sido creados libres por Dios y conservaremos eternamente dicha libertad de elegir entre ser buenos o malos (nadie puede ser restaurado a bueno si en su libertad elige seguir siendo malo), y además, el concepto de apocatástasis de Orígenes viene a contradecir en cierta medida textos de san Pablo del N.T. donde precisamente se deduce el sentido opuesto a la interpretación de la apocatástasis, esto es, textos donde se indica que, pese a la restauración de Cristo, pocos son los que se salvarán.

Según determinados dogmáticos de la Iglesia, Orígenes "se dejó llevar en su obra de un equivocado sentido de la armonía, oscureciendo la realidad de la libertad". Sin embargo, desde mi punto de vista, quienes juzgaron o juzgan así al excelente Orígenes no le tuvieron o no le tienen en cuenta que él en su obra "Comentario a los Romanos" (cf. Rufino) habla de dos significados o acepciones para términos como "eternidad", y uno de ellos es el de que eternidad también quiere decir "un cierto espacio de tiempo", y no necesariamente un "para siempre". De donde se podía y puede entender que Orígenes pensaba que los textos canónicos, ya paulinos o evangélicos, en los que se habla de infierno eterno, de penas eternas o de tinieblas eternas para los malos, también cabe aplicarles la acepción de "eternidad" en su sentido "limitado", de no para siempre, (que además es más misericordioso y está más en sintonía con Dios Amor, Sabiduría, Justicia, Bondad y por supuesto Restaurador).

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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