Es mejor de lo que aparenta, pero a Dante deberíamos exigirle muchísimo más en vista de joyas del calibre de "Piraña", "Aullidos", "Gremlins", "Matinee", "El ejército de los muertos" o su corto para "En los límites de la realidad". Es una lástima porque aquí tenía material suficiente para volver por la puerta grande. No ha sido posible.

Su cine sigue siendo anacrónico y con un regusto retro que recoge desde "Los Goonies" hasta el Stephen King más nostálgico. Al igual que sus coetáneos (Tobe Hooper con "La masacre de Toolbox" y "Mortuary", Dario Argento con "Giallo" y "La Terza Madre", Sam Raimi con "Arrástrame al infierno", John Carpenter con "Fantasmas de Marte") sigue anclado en el cine del pasado sin perder su firma.
Está claro que su target es un púbico juvenil (al igual que sus últimas obras como "Pequeños guerreros" o "Looney Toones"), pero no es tan infantil como parece. Dante se permite el lujo de hablar sobre los miedos reales mediante la metáfora del agujero en el sótano, con un trasfondo bastante serio como son los malos tratos. Sin embargo, la mayoría del metraje está lastrado por un estilo cercano a Disney o R.L. Stine, añorando la dosis de mala leche del director ampliamente demostradas recientemente en "Homecoming".

Realmente depositaba mi confianza en esta obra, realizada pese a todo con buen gusto, sentido de la parodia y actores competentes (con cameos de Dick Miller y Bruce Dern), pero supongo que los mejores tiempos de los maestros de siempre han pasado. Siempre nos quedará Carpenter, quien esperemos ofrezca algo mejor con "The Ward".