Esto no es un Peplum, no pretende recrear fiel y espectacularmente la vida en la antigua Grecia.
Esto no es una película histórica, no pretende contarnos las cosas tal y como pasaron (algo que si intento Alejandro Magno) no es un análisis minucioso de Jerjes o Leonidas.
Esta película si es pura y dura acción, si es una soberbia película de violencia en la que se da un espectáculo visual único.
Unas coreografías sobresalientes, una imagen polvorienta y grasienta, sucia pero luminosa en todo momento.
Un ritmo frenético, que nos lleva de la paz al combate y de una batalla a otra sin darnos tregua.
Si quieres pensar, no te pongas a ver esta película, si en cambio quieres comerte unas palomitas sin despegar los ojos de la pantalla mientras ves algunas de las mejores secuencias de acción de la primera decada del siglo XXI, sientate y disfruta.