La estrategia narrativa de la película es muy diferente de la de la novela de Carrere, y resulta completamente fallida, con lo que la película, además de ser ininteligible para quienes no hallan leído el libro, resulta vana e insoportable. En la novela, Carrere partía de su propio asombro por la historia de un aparentemente corriente padre de familia que acaba convirtiéndose en un monstruoso asesino de su propia familia, incluyendo sus dos niños, por no saber salir de mejor manera de un laberinto de mentiras que él mismo lleva veinte años fabricando, tras haberlo iniciado banalmente por no querer confesar que no había aprobado un examen en la facultad de medicina. Narra su encuentro con el protagonista en la prisión en que cumple pena y su relación con él mientras conocemos la historia paso a paso. En la película se deja de lado la percepción del narrador y se narran en una mareante sucesión de flash backs algunos de los hechos, que ni cuentan bien la historia ni analizan sus claves. Muy mala.