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Voto de Martes Carnaval:
5
Comedia. Drama Max, el propietario de un restaurante de éxito, y Véro, su ecologista mujer, invitan, como todos los años, a un grupo de amigos a su bella casa de la playa para celebrar el comienzo de las vacaciones. Pero este año, justo cuando iban a abandonar París, un amigo común, el carismático Ludo, sufre un gravísimo accidente. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2011
20 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
La reunión de unos amigos que han formado en el pasado un grupo que les ha hecho madurar a todos tiene un gran atractivo porque permite una envidiable experiencia doble: recordar al unísono viejas historias e incrementar esos recuerdos para el futuro con nuevas vivencias compartidas. La excelencia se consigue cuando el grupo estaba perfectamente perfilado en cuanto a integrantes en la época en que tuvo conciencia de sí mismo y se rehace sin que se tenga que lamentar el hecho de que "nunca falta alguien sobra" ni experimentar la carencia de que "nunca sobra alguien que falta". Luego el hombre propone y las circunstancias mandan: puede ser que el pasado idealizado se malogre ante la cruda realidad o que, donde antes prevaleció la armonía, ahora lo haga el conflicto. El reencuentro se vive con mayor intensidad si trae el aroma de la juventud perdida, cuando todo era posible: las opciones estaban abiertas, la generosidad y el desinterés eran más tangibles y uno creía tener energías ilimitadas.

No es de extrañar, por todo lo dicho, que la filmografía sobre este tipo de reuniones sea amplia. Recordaré solo tres películas: "Reencuentro", de Kasdan, "Los amigos de Peter", de Branagh, y "A propósito de Elly", de Farhadi. En las dos primeras se mira tanto al pasado como al presente. En la tercera se mira preferentemente al presente, como hace la película comentada.

La pluralidad de personajes invita a la heterogeneidad de caracteres que reclama la amenidad de la película. Así podemos inventariar a Max (Cluzet), el líder de la manada, triunfador en los negocios y neurótico compulsivo; su mujer, Véro (Bonneton), ecologista convencida, que le marca estrechamente, censurándole sus recurrentes conductas asociales; Vincent (Magimel), que se replantea aspectos cruciales de su vida; su mujer, Isabelle (Arbillot), que asiste con preocupación creciente al alejamiento de su marido; Eric (Lellouche), el hombre-niño, Peter Pan irredento, que cree que la vida es solo evadirse sin tener en cuenta que eso puede hacer peligrar lo que tiene; su pareja femenina, Léa (Marivin), que acusa esta desatención continuada hacia ella; Marie (Cotillard, Óscar, BAFTA, César y Globo de Oro por su interpretación de Édith Piaf y actual pareja del Director de esta película, Canet), sensible, cariñosa y vitalista que, después de una relación que no fructificó, se inclina por la promiscuidad sin compromiso; y Antoine (Lafitte) obsesionado por su relación con Juliette (Monot) que se ha venido abajo sin que él sepa muy bien por qué y que quiere restaurar a toda costa. Como en la película "Reencuentro", hay un último amigo, Ludo (Dujardin) que no asiste a la reunión pero cuya presencia gravita permanentemente sobre ella.

El final es para mí lo mejor de la película, llega, toca, y hiere, aunque hay algún elemento que chirría. Como le ocurre al final de la mítica película "¡Qué bello es vivir!", uno se empapa de que no hay mayor éxito en la vida que haber conseguido ser querido.
Martes Carnaval
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