Es veloz ofreciendo un entramado clandestino, donde las oportunidades juegan con el espectador para mantenerlo al filo de la intriga sin que consiga entrar de lleno.

La vi hace algunos años, creo que me gustó más entonces que esta vez. Las películas siempre son las mismas quienes cambiamos somos nosotros.

Russell Crowe, había comenzado a desaprovechar su brillante carrera, tras casi dos décadas donde evolucionó, cuidándose para ofrecer una imagen bien orientada. En los últimos años se ha producido cierta dejadez en todos los aspectos, incluso el interpretativo. No ha gestionado bien su madurez, aunque en 2.007, Ridley Scott aún confiaba en él.

Denzel Washington, sobrio y conciso, con el buen hacer del actor que sabe como ofrecerse, sin renunciar a la brillantez que siempre le ha acompañado.