Me encanta la ciencia ficción, y dentro del genero, mi tema favorito son las historias de viajes en el tiempo, por eso acabo devorando todo lo que llega. Y por eso, recibí con bastante expectación esta nueva serie del canal Netflix.

El capítulo piloto es prometedor. La evidente falta de presupuesto está compensada por una historia original y un reparto ecléctico pero eficaz. Las trama se presenta rápidamente y el ritmo no decae. Es un producto entretenido con un argumento con gran potencial. ¿Alguien recuerda esa infecta película de 1989 llamada Millennium?. Pues la premisa es la misma. Para salvar el mundo de su destino, agentes del futuro suplantan a personas segundos antes de que estas vayan a morir.
Las posibilidades son infinitas. Al finalizar el primer capítulo te quedas con la idea de que pueden ocurrir grandes cosas.
Pero desgraciadamente,vas viendo capítulos y te das cuenta que los guionistas buscaban el aprobado, los productores la pasta y Netflix otra serie que poner en su catálogo.
No es mala, ni tampoco aburrida, y aunque se nota que ha costado dos duros, el presupuesto no perjudica el producto.
Es la falta total de ambición lo que convierte un producto de gran potencial en una serie mediocre. Falta de ambición en el desarrollo de los personajes, en el planteamiento de las tramas y subtramas, en la creación de un universo, en la resolución de los conflictos. Nada es desastroso. Nada suspende. Pero tampoco nada en esta serie pasa del cinco. Y se nota que nadie ha trabajado para que así sea.
Una pena.