Una estupenda tercera entrega y muy buen final. El ritmo narrativo recupera las constantes vitales de la primera: lento pero incombustible. Dirigido por personajes y diálogos, pero empapado de gasolina volátil y tensa. La historia cierra el círculo y termina de explotar los personajes de este mundo único, oscuro, retorcido y desesperadamente real. Una trilogía y una adaptación memorables.