3 de marzo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Título al dedillo de otra crítica que le dediqué a otra peli con el mismo tema: el diablo de Jersey. En Carny la cosa iba sin vueltas: a los diez minutos ya tenías al bichejo haciendo estragos. Toda la peli consistía en matanzas y resistencia. Con The Barrens el enfoque es distinto: mucho más inclinada hacia el thriller psicológico, sus mayores bastiones lo constituyen la atmósfera y la ambiguedad. Curiosamente, a ambas les otorgué la misma nota: en Carny la diversión se sostenía de principio a fin, pero se echaba de menos algo más de elaboración de la trama; por su parte el bicho estaba bien, pero era un libro abierto sin demasiados misterios. En The Barrens el bicho importa solo en la medida en que importa la locura de Moyer: padre perseguido, mordido e inestable. Los datos son equívocos, la cámara siempre es subjetiva y sujeta a cambios de interpretación. El juego de lo que "realmente ocurre" estructura a The Barrens hasta esas secuencias finales en donde todo se decanta. El problema es que el enfoque imita a otros, como thriller psicológico cierra tanto que hasta se hace previsible en sus giros argumentales: si estás canchero con el sub género sabrás que los volantazos del guión se dan exactamente donde deben darse, y en la dirección esperada.
Por eso mismo ambas propuestas (Carny/The Barrens) presentan rasgos diferentes, pero el resultado no difiere. El demonio de Jersey espera su turno: quizás el folcklore del que proviene sea la clave para realizar una peli realmente poderosa sobre este bicho. Encarar sus orígenes sin condimentos extras, sin psicologías ni espectáculos gore, quizás...
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?