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Voto de Juan Rúas:
8
7.4
56,016
Fantástico. Musical. Aventuras
Dorothy, que sueña con viajar "más allá del arco iris", ve su deseo hecho realidad cuando un tornado se la lleva con su perrito al mundo de Oz. Pero la aventura sólo acaba de comenzar: tras ofender a la Malvada Bruja del Oeste (Margaret Hamilton), aconsejada por la Bruja Buena del Norte (Billie Burke), la niña se dirige por el Camino Amarillo hacia la Ciudad Esmeralda, donde vive el todopoderoso Mago de Oz, que puede ayudarla a regresar ... [+]
1 de junio de 2010
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi primera incursión a este extraño mundo y la sorpresa ante el buen sabor de boca que me ha dejado la obra de Fleming. El mago de Oz se construye como una obra simpática e imaginativa para menores hasta que, mediante un giro, a mi gusto, sensacional logra quedar en la memoria del espectador como una de las grandes epopeyas "infantiles".
Varios elementos inusuales rodean a esta peli: uno de ellos es el uso del color en plenos años 40, cuando las películas recién abandonarían el blanco y negro una década después. Luego llama la atención la estructura narrativa, puesto que por aquel entonces los musicales eran made in Broadway y bien gracias: planos fijos sobre coreografías acartonadas trasladadas del teatro directamente a la pantalla. El mago...no sólo genera una visagra desde su temática de integración musical sobre un argumento distinto, sino que la cámara se pasea de forma alarmantemente moderna, haciendo tomas y travellings completamente inusuales para esa época.
La historia también representa un hito único: nunca el cine ha sido tan autoconcientemente artificial a la hora de apuntar sus maneras. Esa tierra mágica se halla más cerca de la ilusión de una cámara explícita que la simulación de un mundo real y completamente nuevo para el espectador.
Ahora sí, spoiler.
Varios elementos inusuales rodean a esta peli: uno de ellos es el uso del color en plenos años 40, cuando las películas recién abandonarían el blanco y negro una década después. Luego llama la atención la estructura narrativa, puesto que por aquel entonces los musicales eran made in Broadway y bien gracias: planos fijos sobre coreografías acartonadas trasladadas del teatro directamente a la pantalla. El mago...no sólo genera una visagra desde su temática de integración musical sobre un argumento distinto, sino que la cámara se pasea de forma alarmantemente moderna, haciendo tomas y travellings completamente inusuales para esa época.
La historia también representa un hito único: nunca el cine ha sido tan autoconcientemente artificial a la hora de apuntar sus maneras. Esa tierra mágica se halla más cerca de la ilusión de una cámara explícita que la simulación de un mundo real y completamente nuevo para el espectador.
Ahora sí, spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
. Que aquel universo fantástico sea un artificio tan manifiesto, un disfraz de pies a cabeza en manos de un charlatán eleva las meras moralejas sobre corazones, valentía y cerebros hasta una visión cuasi irónica sobre lo que el hombre se propone conseguir y los medios que utiliza para ello. Allí es donde El mago de Oz deja de ser un cuento para niños y se acerca mucho más a una mirada adulta del mundo en el que convivimos.