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Voto de José Miguel:
8
Drama Pablo, un joven dibujante, se enamora de Ángela, una compañera de trabajo, mientras Blanca, su mujer, se encuentra con los niños fuera de Madrid. Ángela también está enamorada y, aunque sabe que está casado, no puede evitar sentirse atraída por él. El regreso de Blanca supone para ambos una separación casi insoportable. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una bonita historia de amor universal, atemporal en su concepción que Manolo Summers se empeña en destrozar poniendo en imágenes el pensamiento de los personajes con un sentido del humor burdo y ridículo, que no encaja en el sentido melancólico del argumento e incluso atenta contra el trabajo de Sonia Bruno, J. M. Amor y Maria Massip que hacen lo que pueden para darle la carga dramática que precisan sus papeles y el propio director los desacredita.
No se puede negar en El juego de la oca la influencia de la nueva ola francesa en planos medios, silencios, tratamiento de los personajes, escenas exteriores en las que hacen de extras las personas que pasaban por allí y en el costumbrismo de un Madrid de bares y tablaos para turistas, Seat seiscientos y serenos, empleadas del hogar y mujeres que se emancipaban gracias al trabajo y que cincuenta años después ese Madrid no deja de levantar un punto de nostalgia paisajista.
Dada la historia, un tanto peliaguda para aquellos tiempos, el rodaje debía hacerse con un ojo puesto en la censura y otro en lo que decía el guion por cierto co-escrito por Pilar Miró que intuyo hubiera demostrado mayor sensibilidad y respeto si hubiera tomado las riendas de la dirección y así desplazar al graciosillo de Summers que aun padeciendo sus chistes no logra cargarse esta preciosa crónica de amor.
José Miguel
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