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España España · barcelona
Voto de avanti:
9
Comedia. Drama Película ambientada en Nueva York y dividida en varios episodios independientes, pero enlazados entre sí por un traje de hombre que va pasando de unas manos a otras. Cada personaje vive una aventura especial relacionada con el traje. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seis destinos (1942) es una excelente ocasión para disfrutar del realismo poético que Julien Duvivier (1896-1967) nos ofrece en su particular visión de las emociones humanas en seis pequeñas historias que tratan temas como el engaño, la poesía, la música, la esperanza, las asociaciones y las peticiones. El uso de las seis narraciones se nos presentan entrelazadas por fundidos en negro y un recurso del travelling en sus diferentes formas que representan una agradable visión desde diferentes ángulos por los temas tratados; además, de la ágil utilización de planos detalle como simbólico lenguaje gestual de las diferentes situaciones creadas por los personajes.

El engaño. Un travelling de seguimiento nos lleva hasta el domicilio del Sr. Orman (Charles Boyer) donde un frac cortado a medida será probado, con alguna advertencia premonitoria. Julien Duvivier nos situa en la acción para la cual fue diseñado: una representación teatral. Un encadenando traslada a la inoportuna aparición del protagonista en una fiesta a la que no fue invitado. La Sra. Ethel (Rita Hayworth) le recibe en el enrarecido clima de sospecha provocado por el Sr. Luther (Thomas Mitchell). La aceleración de los acontecimientos es proporcional a la utilización de planos medios y primeros planos de los tres personajes, coronado con soberbios planos detalle a modo de dialogo gestual y oculto intercambiado entre nuestros protagonistas en el tenebroso Pabellón de Caza donde las cosas se pondrán en sus sitio.

La poesía. Un fundido en negro nos lleva hasta la transacción del 'apolillado' frac entre los mayordomos Luther (Eugene Pallette) y Edgar (Roland Young) en el desordenado apartamento de Harry (Cesar Romero), el comprometido novio metido en problemas emocionales a los que buscará solución en su amigo George (Henry Fonda), donde la inoportuna sensiblería de Ellen (Gail Patrick) amiga de la confiada novia Diana (Ginger Rogers) y el enfrentamiento entre un 'león, una ardilla y un perfumado poema' solucionarán la situación creada de equívocos.

La música. Una nueva historia nos situa a la Sra. Smith (Elsa Lanchester) mirando ropa de segunda mano que comprar para su marido y compositor Charles Smith (Charles Laughton), fijándose en el frac que dos mayordomos acaban de vender . Un cambio de escena, nos lleva al solitario bar donde nuestro compositor parte hacia su destino. Diversos planos combinados nos introduce en el ajetreado ensayo de la orquesta dirigida por el maestro Arturo Bellini (Víctor France) con la que pretende estrenar su obra. Espectaculares y emotivas escenas nos transportará desde los desperfectos del frac a un estado anímico absoluto, convirtiendo la escena en uno de los momentos más bellos y emotivos vividos en Tales of Manhattan. Duvivier acertó de pleno en la escenificación de las actitudes humanas frente a los infortunios.

La esperanza. Con la llegada de una carta a la Doyers Street Mission dirigida a Avery L. Browne (Edward G. Robinson) invitándole a nuestro protagonista a la fiesta de reencuentro de antiguos alumnos vestidos de rigurosa etiqueta, se revivirán imágenes de un agridulce tiempo pasado. Con ayuda del Padre Joe (James Gleason), Avery se da una oportunidad para tratar de recuperar sus recuerdos, aunque solo sea por unas horas. El espectacular desarrollo de los acontecimientos en el reencuentro convertirá en ruin al afortunado y en héroe al desheredado por el destino, convirtiendo en un suspiro la división entre realidad y ficción, entre broma y rencor, entre venganza y perdón.

Las asociaciones. Con la más que dudosa manera de dirigir el negocio de ropa usada de los Hermanos Santelli (Phil Silver y Marcel Dalio) convencen al profesor Possflethistle (C.W.Field), borrachín empedernido, acompañado por su fiel secretario; en la compra de un frac que ponerse para su conferencia en la Asociación para la abolición del alcohol. Un inesperado hallazgo le hará decidirse por el frac algo deteriorado. Tras la desvelada sorpresa, Possflethistle se dispone a conferenciar en la asociación donde una sospechosa leche de coco regará los gaznates de los asistentes encabezados por la anfitriona Sra. Langahanky (Margaret Dumont).

Las peticiones. Tras la huida en avión de uno de los ladrones que acaban de robar en una sala de juegos, se produce un percance con el frac robado que le obliga a lanzarlo al vació cayendo sobre una comunidad negra pobre, creyente y temerosa de Dios que ve en ello la acción divina que solucionarán sus problemas materiales con la gran cantidad de dinero encontrado en él. Todas las peticiones y todos los deseo se cumplen, todos menos uno. El último deseo que queda por pedir, lo hace un anciano del poblado, dependiendo de ello que los demás puedan hacer realidad los suyos. Duvivier nos soluciona el problema con un aireado fin para el magullado frac a ritmo de un delicioso spiritual en la voz de Paul Robeson. Una delicia cinematográfica para disfrutar en cualquier tiempo y lugar.
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