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España España · barcelona
Voto de avanti:
8
Drama Finales del siglo XIX. Katty, huyendo de la pobreza, abandona su pueblo y se traslada a Ámsterdam, donde ejerce la prostitución para mejorar el nivel de vida de su familia. En la capital conocerá el poder de corrupción del dinero y el sórdido mundo de la explotación sexual. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Keetje Tippel (Katty Tippel) es una película dirigida por Paul Verhoeven en 1975 basada en las memorias de la escritora neerlandesa Neel Doff. El metraje aborda fundamentalmente temas de supervivencia y superación, en las relaciones regidas por un status que marca las diferencias entre pobreza, necesidad y evolución tratándose de una realización que aborda admirablemente los temas desde la totalidad de la imagen, luz, color, y plano.

El conjunto queda fusionado en una espiral imparable surgida desde el tenebrismo extremo hasta alcanzar cotas de luminosidad impensables para los familiares de Katty Tippel (Monique van de Ven) pero no para ella, mostrando un espíritu libre y la suficiente fuerza interior como para enfrentarse a los retos que de forma agriamente realista nos presenta el director arrancando desde el oscurantismo más severo al rango social deseado por entre capas temporales de distinto rango entre las que han de caminar sus experiencias.

La luz se convierte en un factor imprescindible para iluminar el guión de Gerard Soeteman escrito sobre la obra Neel Doff. Lo que inicialmente parece un viaje a través de luminosos paisajes por los que transcurren las primeras imágenes, todo se convierte de forma abrumadoramente instantánea en un seguido de dramatizados contrastes luminosos reflejando desde la precariedad absoluta el camino que, a pesar del crudo entorno por el que ha de pasar la protagonista lucha sin cansancio por conseguir lo que persigue reforzado por el color utilizando gamas que van desde los tierra siena hasta los blancos luminosos con el destacado trabajo en la fotografía de Jan de Bont, marcando la evolución de la historia a través de una paleta de colores sabiamente administrados a lo largo de la película.

El acierto en la elección de los planos roza en ocasiones el expresionismo visceral donde nos muestra sobradamente una lectura del encuadre y su contenido cual conjunto armonizado con imagen, luz y color que no desentona en lo que se quiere narrar sino que refuerza asombrosamente lo que el director nos cuenta, influenciado quizá por las pinturas de los belgas James Ensor y Félicien Rops.

Cabe destacar el personaje de Hugo interpretado por Rutger Hauer quien tiempo después nos deleitaría con sus impresionantes trabajos en Blade Runner (1982), o El molino y la cruz (2011) entre otros títulos. Estamos pues ante una película de superación personal incuestionable en la que no deja de sorprendernos la abrumadora fidelidad con la que su director nos muestra una vida de lucha constante por conseguir lo que la protagonista persigue ampliamente demostrado en la trilogía autobiográfica de la escritora Neel Doff y la excelente interpretación de Monique van de Ven.
avanti
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