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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
6
Intriga Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un obrero de una fábrica aeronáutica de Los Ángeles es testigo de un acto de sabotaje en la planta en que trabaja. A causa de la la explosión muere su mejor amigo, pero lo peor es que él es acusado del crimen y perseguido por la policía. Para limpiar su nombre, atraviesa todo el país hasta Nueva York, buscando sin tregua a los culpables. (FILMAFFINITY)
7 de enero de 2024
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Hay opiniones para todos los gustos sobre esta película, desde los que dicen que hay muchos fallos y que la trama es inconsistente y poco creíble hasta los que la alaban con los ojos cerrados perdonando cualquier fallo. Como siempre, la virtud está en el equilibrio.

No es “Sabotaje” de mis favoritas del maestro Hitchcock. Una de las preguntas que pueden hacerse para saber si una película te ha gustado mucho es si volverías a verla. No funciona siempre. Puede haber películas demasiado largas, o demasiado desagradables que sean obras maestras, y que sin embargo no resulte apetecible repetir. Y no, no es el caso de ésta. La verdad es que quitando el final, icónico y casi antológico, no me apetece volver a verla en el corto plazo (quizá si dentro de un timepo); por tanto, no me ha entusiasmado.

La pareja protagonista adolece de una falta de química galopante, que en lugar de tapar los agujeros del guión, los subraya. Robert Cummings es demasiado inexpresivo, y la película parece venirle grande. Su relación con la guapa Priscilla Lane es demasiado seca como para pasar del odio al amor de manera tan abrupta. El contrapunto lo pone Otto Krueger, el villano sibarita de modales exquisitos, pero que aparece y desaparece como el Guadiana.

La parte relativa al tío ciego (Alan Baxter) chirría demasiado. Su fe ciega es del todo inconcebible. Es solo un ejemplo de los tremendos fallos de guión que hay, y son bastantes (secuencia de la fiesta, camionero en el río, etc). Por momentos parece un ensayo para una de sus obras más admiradas como es “Con la muerte en los talones”. Solo por eso ya merecería ver este film. Pero es que el final es de absoluto visionado para cualquier cinéfilo.
Llevando el sello de Hitchcock, ¿cómo no darle una oportunidad? Hay algo en el cine de Hitchcock que casi siempre lo hace atractivo. Qué decir del excepcional manejo de la cámara. Su manera de abordar el suspense, de volver a proponer una y otra vez sus temas (falso culpable, el viaje, mcguffins, rubias) sin que nos cansemos, de elegir escenarios que se vuelven protagonistas (impresionante la escena de la Estatua de la Libertad), de ir por delante en los efectos especiales, y de influir tanto en la obra de otros directores, es sin duda, uno de los alicientes para revisar esta y otras muchas películas del director.


Son muy destacadas las escenas de la mujer barbuda del circo (recuerda a”Freaks”, de Tod Browning), la del cine, la del barco volcado (imagen real de un navío varado) o de la ya nombrada estatua de la Libertad.

Por tanto, con sus fallos y con su insulsa pareja protagonista, merece la pena verla. No va estar en la filmografía selecta del maestro (si nos referimos a películas enteras, por escenas ya sabemos que hay una mítica), muy por detrás de “Vértigo”, “Psicosis”, “Con la muerte en los talones”, “La ventana indiscreta”, “La soga”, “Encadenados”, “Naufragos” por poner unas cuantas obras maestras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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