Han pasado la friolera de 16 años desde que nos llegara la primera entrega de Transformers bajo la dirección de Michael Bay. Con 5 películas a cuestas a lo largo de todo este tiempo, la saga parece encontrar el rumbo correcto para salir a flote del desvío que parecía tener con su tercera entrega y que astutamente logran encaminar con la estupenda Bumblebee de 2018.

En esta sexta entrega y secuela directa de Bumblebee volvemos a sentir que estamos bajo el camino correcto para disfrutar de la saga, la verdad es que nos vuelven a entregar una divertida película para disfrutar de nuestras palomitas de maíz y quedar pegado a la pantalla viendo la contundente dirección de Steven Caple Jr. Su director nos ofrece una película bastante entretenida de principio a fin en donde sus 127 minutos transcurren volando dado que la película comienza bastante arriba para posteriormente seguir agregando pausas que te permitan descansar y luego retomar sin que esta película se te haga eterna: visualmente nos quedamos con una película que realmente se luce en especial en su secuencia final en donde demuestra que se pueda hacer acción bajo CGI sin que nos mareemos tratando de entenderla. El diseño de los personajes de los Autobots como de los Maximals son una preciosidad que se mezclan con interesante propuesta de estos mismos en personalidades como lo sensacional que resulta ser Mirage donde también podemos incluir los momentos que se le prestan a Bumblebee. La participación de los Maximals también cae como anillo al dedo a la saga y nos permite disfrutar de grandes momentos junto a ellos, en especial cuando sufren su transformación.

Por su parte, los villanos de la función intimidan y generan ese antagonista deseado para una película que busca la espectacularidad por sobre todo.

Una saga que parece encontrar realmente el nuevo camino para darnos entretenimiento puro, todavía tiene cosas que pulir, pero deja la sensación de que la entretención está asegurada y aquello ya es un buen punto a favor.

Pareciera que la saga tomara un giro bastante inesperado, pero que deja gratas sensaciones por donde quieren llevar todo, según revelan en su escena final.

Un blockbuster de esos necesarios para olvidarnos de los problemas y solo entretenernos, puede que guste más o menos a los distintos espectadores y críticos, pero nadie puede negar que hay entretención en lo que vemos y un buen uso del presupuesto su favor. Tiene cosas por mejorar sin dudas, pero también tiene muchas cosas que funcionan que la convierten en un espectáculo que siempre dan ganas de seguir viendo.