Bueno, en realidad le sobran bastantes más de los últimos 15 minutos. Directamente le sobra toda la segunda parte.
El film se termina convirtiendo en lo de siempre, según los estándares de censura norteamericana actual que, no por no venir escritos como sucedía con el antiguo código Hays, no son menos reales: lucha individualista contra una situación que afecta a toda la sociedad; la familia es lo primero, y hemos de hacer todo por salvarla de cualquier peligro; historia de amor entre dos protagonistas heterosexuales extremadamente atractivos; intervención del ejército o de alguna autoridad que representa a los EE. UU, para resolver el problema; final feliz. Y cuando digo final feliz, digo FELIZ. Todo queda resuelto, todos ganan, sólo mueren los imprescindibles... salvo que se preparen segundas o terceras partes; entonces puede variar algo de lo anterior. No creo que haga sopiler diciendo esto porque, igualmente, no recuerdo haber visto una película estadounidense en los últimos 20 años que termine mal.

Y es una lástima porque la cosa empezaba bien, y se desarrollaba con bastante intriga. De las tres que hay sobre esta historia (la de los años 50, el remake de los 70 y la que nos ocupa), la de los 70 es la que me parece mejor. Una época de transición entre lo viejo y lo nuevo que permitía ciertas libertades en el cine americano que ahora ni se contemplan. Lo dicho, una lástima.