He leído un puñado de veces WAR OF THE WORLDS de H. G. Wells; he visto otro puñado la versión clásica de Byron Haskin de 1953; adoro la versión musical de Jeff Wayne de 1978; y he escuchado unas cuantas versiones más de la adaptación de radio de Orson Wells de 1938 (una excelente con Constantino Romero). Así que a pesar de mi fobia a los remakes imaginaba que alguien como Spielberg al menos rodaría una versión digna del que fue el primer relato sobre la invasión de la Tierra por una raza alienígena (en ésta no se especifica que sean marcianos). Y no es así; el autor de clásicos como ET o CLOSE ENCOUNTERS OF THE THIRD KIND desarrolla la historia con una absoluta desgana, como si fuera un proyecto de encargo recordando al Tim Burton de PLANET OF THE APES (una de sus peores películas). Obviamente los efectos especiales son espectaculares, las máquinas (¿marcianas?) un prodigio de diseño y las escenas de destrucción demoledoras; pero ninguno de los personajes invita a implicarse emocionalmente con ellos. Tom Cruise está histérico todo el tiempo; la hija es asesinable (por muy bien que lo haga Dakota Fanning); y el hijo dan ganas de ofrecérselo a los marcianos a ver si se calla cuanto antes. Con pobres destellos de homenaje tanto a la novela como a la versión de 1953, la película naufraga con una historia secundaria sosa (nos importa un pepino la ex-mujer de Tom Cruise), un desarrollo mediocre, y un final desaprovechado. Defrauda.